14: Tengamos pasado, así no haya futuro aquí.

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13 de agosto de 2021

Montecarlo, Mónaco

Parón de Verano, día 12.

Era el clima más hermoso de todos, la brisa de mar golpeando mi rostro, el sonido característico de mi ciudad natal, los edificios que tanto había extrañado, todo seguía en su lugar, la ciudad no había envejecido ni un jodido día y aun así para mí todo se veía diferente, incompleto.

Habíamos dejado Ámsterdam un día más tarde luego de la aparición de Jos, estaba teniendo pesadillas y Max simplemente nos sacó de allí, trajimos a Sophie con nosotros porque no se sentía capaz de dejar ir a Nessa, y honestamente no nos molestó, ya le había robado suficiente tiempo a esa mujer con su nieta como para negarle algo más.

— Mami — Murmura Nessa sobre la sonata de piano que se ha estado reproduciendo en el convertible de Max.

— Ness — Susurro en respuesta mientras parpadeo repetidas veces alejando las lágrimas que se acumulan en mis ojos.

— ¿Puedo pasar la noche en casa de la Abuela? — Su tono sonaba tranquilo, pero sé que tiene miedo de mi negativa, siempre que hablábamos de Mónaco con Charles mi respuesta era negativa, en mi imaginario nunca conocería este lugar.

— Podría llamar a la abuela y preguntarle que está haciendo hoy ¿qué te parece? — Puedo verla emocionarse en el asiento de atrás.

Ni siquiera sabía por qué Max tenía un asiento de niños, pero para el punto de estas vacaciones, ya no quería preguntar, no habíamos estado más que un par de días en ninguna parte y me encontraba ansiosa de encontrar algún sentido de estabilidad, de entre todas las ciudades, en esta.

Max ha estado dando vueltas extrañas en el auto, y sé perfectamente por qué, no quiere que páramos frente al edificio en el que solía vivir, pero Montecarlo no es tan grande no puedo huir de los fantasmas por el resto de mi vida.

— No voy a empezar a llorar solo por pasar por la puerta — Le susurro en una luz roja mientras veo a Nessa distraída con el paisaje.

Max gira lentamente hacia mí y asiente, sus ojos luego se desvían ligeramente detrás de ambos, no sé a quién mira, pero cuando deja de hacerlo se inclina para besarme, sus labios tocando los míos con calma hasta que el auto de atrás suena su claxon.

— Has tenido demasiados detonantes en menos de dos semanas — Vuelve a conducir con calma colocando una de sus manos en mi muslo y yo me enfoco en eso.

Debo esperar el lujo cuando nos adentramos en el parqueadero privado subterráneo o en el ascensor de código como el que tenemos en casa, en Londres, pero nada es suficiente imaginación para el salón amplio que nos recibe.

Todo es masivamente grande, Max tiene una pared con algunos trofeos, su simulador de carreras en una esquina de la habitación, una pantalla plana que parece base de cine y un sofá que se ve jodidamente cómodo, toda la casa es en tonos crema.

— ¿Victoria compro la decoración? — Pregunto con gracia cuando Nessa pasa corriendo a mi lado hacia el exhibidor de cascos que está en una de las paredes cercanas.

— Y mamá, pasan bastante tiempo aquí. — Habíamos dejado a Sophie en su propia residencia en la ciudad, pero tenía sentido, Max era apegado a las figuras femeninas de su familia.

— No se parece en nada a la casa de Ámsterdam — Deslizo mis dedos por el espaldar del sofá con calma mientras caminamos hacia el balcón que nos recibe con un vista maravillosa.

— La casa de Ámsterdam es un refugio para escapar, este departamento está pensando para ser nuestro hogar. — Mis ojos buscan sus soñadores bloques azules y le ofrezco la sonrisa más genuina de todas.

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