9: Seamos locos que se aman y que a veces se desgarran

80 11 12
                                    

03 de agosto de 2021

Londres, Inglaterra

Parón de verano, día 23.

Me siento a contemplar los papeles frente a mí con específica fijación, estoy ansiosa por el desfile del sábado y toda la situación con Max, las cosas parecen un completo caos en estos momentos, incluso cuando todo parece estar fluyendo con extrema facilidad.

— Mami, ¿crees que papi se demore mucho? — Murmura Nessa completamente aburrida en una de las sillas de mi oficina.

Había subido a quedarse conmigo cuando Max salió de casa dejando un beso en la frente de cada una como despedida, no le había preguntado a donde iba porque no me sentía con el derecho de hacerlo en definitiva, pero quería saber a donde huía.

— Mamá no lo sabe, cielo, ¿quieres llamarlo? — La pequeña copia del piloto asiente repetidamente y usa mi celular ágilmente.

Apenas escucho que Max contesta antes de que Nessa corra fuera del cuarto, no me molesta que esté fuera de mi oficina o que tenga mi celular, no hay nada grave que pueda ver allí y todo el contenido sensible o aplicaciones tenía un código específico para desbloquearse, tampoco es como si mi teléfono tuviese otra cosa que negocios.

— Mamá, papá pregunta si quieres salir a cenar o prefieres cena en casa — Nessa aún arrastra algunas palabras y su acento a veces me confunde un poco, pero eso no evita que sea definitivamente tierna.

— Cena en casa, amor, mamá tiene algunas que resolver — Sueno cansada, lo sé, pero intento que Ness lo note lo menos posible porque no es su responsabilidad lidiar con mis problemas.

He estado pensando demasiado en viajes y problemas, me asusta como reaccionará la familia de Max a Nessa, estoy aterrada de volver a ver a Johannes y solo pensar en pisar Mónaco me produce náuseas.

Parpadeo rápidamente alejando los fantasmas de mi cabeza por décima vez en la última hora, por eso me estaba tomando tanto tiempo la logística, si no pongo mi vida en orden con rapidez mi empresa va a volverse un caos y entonces por todo lo que me he sacrificado no habrá valido la pena.

Suelto aire en alto porque empiezo a abrumarme, no quiero llorar con Nessa corriendo por toda la casa, no quiero que me vea ser débil incluso cuando he pasado 5 años diciéndole que las emociones con completamente normales y que todos sentimos.

El problema es que yo siento demasiado y está empezando a complicar las cosas para mí y para ella.

— Mami, tu teléfono — Le ofrezco lo mejor que puedo obtener de una sonrisa y sus ojitos se esconden un poco cuando ella si sonríe por completo — Voy a leer un cuento en mi cuarto ¿puedo?

Asiento repetidas veces antes de acariciarle el cabello y mandarla por la puerta, cuando sale, intento concentrarme lo mejor, había seleccionado a los modelos hace meses, cada uno completamente detallado, mi marca era exclusiva, pero nos adaptamos a todos sin importar su talla o su nacionalidad.

Tengo los primeros 40 minutos de evento completamente desarrollado cuando mis manos empiezan a cerrar, no puedo apagar mi cabeza más, mi pecho se sacude y deslizo la silla hacia atrás, se estrella contra la mesa y escondo mi cabeza entre mis rodillas intentando respirar con normalidad.

Cuento hacia atrás e intento relajar mis manos, me siento un poco ahogada y es normal por todas las emociones que estoy teniendo en un solo momento, esto no era precisamente nuevo, habían empezado durante el embarazo y habían ido en aumento durante estos 5 años.

— Intenta inhalar todo el aire posible amor, despacio — La voz de Max es como un calmante instantáneo, haciéndome tragar una gran bocanada de aire y retenerlo un momento — Tómatelo con calma, es normal.

Second Chance - F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora