You are cold.

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¡Créditos: Rau_820 en X ¡

You are cold.

Relación establecida.

El invierno le gustaba a Ciel, de hecho podría decirse que estaba acostumbrado a él, la única razón para no gustarle era que podía enfermarse un poco fácil y llamar a su asma.

Pero ahora estaba bien y solo quería caminar por la nieve.

Alois había dicho que bajaba con él en un momento y que se adelantara.
Ya había pasado más de un momento y el rubio seguía sin aparecer.

El peliazul quiso ir a ver qué sucedía, sin embargo frenó repentinamente cuando lo vió debajo de un arbolito cerca de la entrada a la mansión, con un abrigo enorme, un gorrito y una bufanda igual que él, pero con la sutil diferencia de que no tenía guantes y por consecuente sus dedos estaban rojos, al igual que su nariz y mejillas.

La imagen del conde Trancy en esas condiciones y tratando de calentar sus manos con aire caliente que salía de su boca era adorable para Ciel Phantomhive.

Se acercó a paso lento rezando a satanás para que su sonrojo no se notara al menos demasiado.

—¿Por qué no estás usando los guantes?

—Porque me gusta tener frío.Respondió visiblemente irritado, por lo que el contrario rodó los ojos y se acercó para sacar unos guantes negros de uno de los bolsillos que combinaban con los adornos de su abrigo.

—No los buscaste bien. — Sin mayor aviso le colocó los guantes y lo tomó de la mano para guiarlo al bonito rincón en el que estaba hace un momento. —Sigues frío.

—Como tú.

—Yo no estoy frío.

—Eres frío. —Corrigió el rubio, dejando sin palabras a su amado de ojos azul cielo.

—¿Eso es un problema para tí, Alois? —Caminó hasta quedar cara a cara con pocos centímetros de distancia.

—Lo es cuando estamos en público y eres un jodido hielo conmigo. —Ciel nunca o pocas veces lo admitiría en voz alta, pero amaba todo de su novio.

Menos la facilidad con la que una cara de amargura pura aparecía y arruinaba ese perfecto rostro.

Se acercó el pasito que hacía falta para que las puntas de sus botines chocaran y juntó las frentes de ambos.
Alois sólo unió las puntas de sus narices también.

—Un beso esquimal...

—Lo siento. —El más alto se sorprendió y dejó escapar una risita.
—¿El conde Ciel Phantomhive se está disculpando conmigo?

—Te odio. —Respondió sin separarse y depositó un beso de piquito. El de ojos celestes soltó una carcajada cuando notó que sus mejillas estaban sonrojadas.

Luego sólo le dió un empujón que hizo que Trancy cayera de una forma divertidamente tiesa a la nieve.

Ciel no pudo aguantar la risa al ver su cara.

Y quizás, él solo se enamoró un poquito más de esa risa que salía únicamente por un milagro del diablo.

—A ver si así al menos de nieve puedes ser un ángel.

—Verás que si lo intento los cuernos y cola van a estar ahí.

Simplemente pasaron una linda tarde compartiendo pequeñas pero significativas muestras de amor, mientras que cierto demonio los observaba desde una ventana con una sonrisa.

O.S | CieLoisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora