Prólogo

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"Le gustan las cosas claras, sencillas y directas, ya ha perdido mucho tiempo con esos que le han prometido la luna, solo quiere a alguien que aprecie su magia, su brillo y también ese lado oscuro, lleno de grietas y frío del que todos suelen huir, alguien que le haga sentir que la luna siempre ha sido ella"
-Roberth Colmenárez

En un lado de la ciudad estaba ella que caminaba por la calle con la cabeza en alto y la espalda recta, igual que como una vez soñó.

En el otro lado de la ciudad estaba él que estaba cumpliendo sueños y ya nadie podía pararlo.

Ella ejercía el trabajo de sus sueños, como una especie de barbie: era modelo y escritora.

Él era de lo más feliz y libre en su trabajo: competía a escala internacional y a la vez era entrenador de algunos chiquillos que querían aprender a boxear.

A ella ya no le importaba la opinión de los demás, ella solo se contentaba de saber que hacía unos años, ella se la pasaba admirando a mujeres que se parecían a la mujer en la que se había vuelto. Le importaba saber que si Ashley adolescente la viera ahora... le brillarían los ojos de orgullo.

A él le miraban todos, se había vuelto ese hombre que no puede pasar desapercibido. Pero los únicos ojos que le importaban eran de esos niños que iban a entrenar cada día y lo admiraban soñando ser algún día como él, igual que Matthew soñó alguna vez de ser como era ahora.

Ashley no había vuelto a tener una relación duradera. Descubrió que amaba estar sola, amaba quererse cada día más, amaba no sentir esa presión en el pecho...ese miedo que tenía...aún.

Matthew, cuando ya tuvo esa seguridad en sí mismo lo intentó con una chica pero aunque duraron bastantes meses, algo entre ellos fallaba, no encajaba...

Y una mañana, una chica que desprendía seguridad a cada paso se chocó con la mirada de un chico que le pareció extrañamente familiar.

Un chico que desprendía una comodidad a cada paso se chocó con la mirada de una chica que le pareció extrañamente familiar.

Ella se giró una última vez.

Él se giró una última vez.

Un extraño sentimiento de deja vu les invadió a los dos pero aun así no llegaron a reconocerse y cada uno siguió con su camino.

No se reconocieron porque aunque en un pasado compartieron una historia, ahora, eran personas distintas, con metas distintas, mentalidad distinta...

NUESTRA LUZ DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora