Capítulo 18

5 2 3
                                    

MARGOT
"El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos."
-Aristóteles

Toda historia tiene su final. Y aquí se acaba esta.

Unos años más tarde...

En una casa bastante amplia, en Milán, una pareja vivían juntos. Asociaron sus empresas, repartiéndose todo 50% 50%. Crearon una gran empresa los dos juntos haciéndola más grande, más potente.

Sus nombres eran conocidos por Italia. Alexia y Giovanni. La pareja del momento. La pareja exitosa. Así era como los conocían.

Aunque los rumores de que Giovanni empezó siendo un mafioso, no cesaban.

Tuvieron dos gemelos. Rubios y de ojos azules. Como sus padres.

Fueron la familia cliché, la de las sonrisas y donde las risas no cesan. No era postureo, realmente eran felices.

Lilvia y Noah se casaron. Hicieron una gran boda en la que Lilvia se preocupó para que cada detalle fuera perfecto y que hubiera mucho alcohol.

Luego, decidieron irse de gira por toda Europa. Y unos años después se hicieron conocidos e hicieron una gira internacional.

"Dark Purple" era tendencia.

Adoptaron una niña y muchos gatos. Cada sábado se ponían los cuatro en la cocina a bailar, cantar y componer nuevas canciones.

¿Y Matt y Ashely?

Ellos sí pudieron cambiar su final.

Matt dejó el local a manos de un alumno suyo, uno de los primero que se apuntó.

Viajaron por el mundo, los dos juntos. Ella siempre se ponía delante y ya no se tapaba la cara cuando encajaban un golpe a Matthew. Por lo contrario, se levantaba para ver mejor como Matthew iba a encajarle un golpe más bueno aún. Gritaba saltando siempre que él ganaba. Y él siempre la buscaba entre el público.

Así estuvieron un par de años, yendo de ciudad en ciudad, apoyándose constantemente. Hasta que volvieron a su ciudad, retomando la vida que tenían antes.

Pero con una diferencia: viviendo juntos.

Compraron una casa amplia y con buena iluminación para ver bien la luna y los atardeceres.

Adoptaron dos goldens retrievers.

Colgaron el gran cuadro en una pared blanca y a raíz de esto crearon una tradición: dibujar cada viernes un cuadro conjunto para llenar la pared.

Las pinturas eran coloridas, no había rastro de miedo, ni de inseguridad.

Siempre que llegaban los viernes a casa, ponían un lienzo en el suelo y pintaban algún cuadro entre los dos. Los sábados cocinaban un nuevo pastel y los domingos se reunían entre todos.

Todos pudieron superar sus miedos, hacer desaparecer sus inseguridades y seguir adelante siendo lunas completamente llenas.

NUESTRA LUZ DE LUNA LLENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora