Todos los miedos e inseguridades quedaron en el olvido, mientras los labios de Yesung acariciaban los suyos de una forma tan suave y tan profunda, lucho por mantener los ojos abiertos temiendo cerrarlos y descubrirse solo.
El tacto de esas manos pequeñas, lo tenia grabado en cada parte de su piel, estaba convencido que reconocería esa calidez, aun si hubieran pasado 1000 años. Sonrió feliz cuando esas manos abrieron uno a uno los botones de su camisa, la tela bajo sobre sus hombros y los besos bajaron a sus clavículas enloqueciendolo - amo tu piel... eres como el azúcar, tan blanco y tan dulce - finalmente cerro los ojos dejándose llevar por esos labios expertos que amaban a cada paso.
Aún compartiendo los besos termino recostado en la cama, con el otro sobre su cuerpo degustando cada rincon de esa piel - Te amo Kyu - hubiera deseado responder que también lo hacia pero sus palabras quedaron atrapadas en un beso demasiado ensordecedor.
Él... que lo había hecho esperar tanto tiempo, se encontraba entre sus piernas acariciando sus muslos, podía sentir cada parte de su cuerpo adormecida sin embargo ni siquiera eso hizo que desista de sus planes.
Cuando esas pequeñas manos abrieron el botón de su pantalón, sintió la ansiedad llegar a cada parte de si mismo, ya no había vuelta atrás... Estaban listos para el siguiente paso, esos ojos negros calaban cada parte de su conciencia... deseaba ver esa mirada tan penetrante toda su vida, deseaba sentir esas manos cada día, anhelaba despertar en esos suaves brazos todas las mañanas y perder la cordura preso de esos labios tan hermosos - Cásate conmigo - ni siquiera fue consciente cuando esas palabras salieron de lo profundo de su corazón.
Yesung detuvo todos sus movimientos - ¿Lo dices enserio? - le escucho preguntar y Kyuhyun quería gritar "Si" sin embargo solo asintió para luego sonreír - Todo, lo que mi bebe pida -
Cuando sintió los besos cubrir su parte mas sensible, los sonidos inundaron la habitación. No hubo preguntas al respecto, ni siquiera dudas o nada que apague el momento, solo ellos conociéndose al fin.
Estaba seguro que su Hyung lo torturaba, cuando esos dedos se internaron en su cuerpo preparándolo para lo siguiente, que estaba listo hace años - Te amo Kyu -
Esa delicadeza, ese cuidado, esa paciencia, ese cariño en cada toque lo habían enamorado desde el primer instante que se conocieron, muchas manos habían tocado su cuerpo pero ninguna se comparaba con Yesung, esa persona sabia perfectamente como tratarlo para que confié ciegamente.
Estaba claro que no resistiría, cuando su pelvis se movía ansiosa chocando contra esos labios, su respiración entre cortada, sus mejillas con la evidencia del ardor en cada parte de su ser, sus manos acariciando eso cabellos negros, ni siquiera pudo detenerse cuando su cintura se arqueo de una forma casi inhumana y su cuerpo termino por explotar en esa boca con la que había soñado tantas veces.
Su Hyung permitió esa descarga egoísta e incluso asfixiante, para luego separarse y arrojar su remera lejos, entonces sus propios ojos se volvieron deseos de ese tono de piel tostado, ese cuerpo delgado pero tan varonil, extendió sus manos por el deseo mismo de al fin tocar esa piel, sin recibir un regaño. Tan suave, tan perfecta, tan él... todo lo era él.
Los besos volvieron a sus labios, sintió esos dientes morder suave su mentón y cuello, obligandolo a desear mas, mucho mas - No escaparas de esta cama por una semana - Kyuhyun sonrió, tal vez había sido una buena idea esperar tanto tiempo.
Hazlo Hyung... te deseo tanto - esas manos abrieron mas sus piernas, entonces lo sintió al fin... esa parte de el, con la que antes había soñado tantas veces abrirse paso en su cuerpo, tan duro, tan grande, tan inverosímil... gimió o mas bien prácticamente grito por el placer de al fin pertenecerse - Te amo -
