Discover and recover

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Hola! Disculpen la tardanza, no tengo como un tiempo establecido para poder publicar periódicamente, entre la maternidad y demás, es complicado pasar el fic de la libreta al celular je...pero bueno, aquí lo que sigue y la lista de canciones para esta parte es: 1- Morena mía / Miguel Bosé, 2- Iris/ The Goo goo dolls, 3- night changes/ one direction
Espero les guste y gracias por leer 😁
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"Clinck", pero la puerta no se abrió. Un par de intentos más por girar la perilla, pero la puerta no se abrió. Segundos de silencio y nada, no más llamadas a la puerta, no había nadie ahí afuera ahora.

-Olvidé que puse seguro- suspiró Crowley aliviado

-Sigo confundido- Aziraphale miró a Crowley buscando algo parecido a una explicación, pero Crowley sólo sonrió nervioso y terminó de quitarse la camisa.
Arawn supo que la explicación no la iba a recibir en ese momento, así que simplemente le siguió la corriente al ángel y continuó con lo que había comenzado.

Crowley se acercó a besar a Arawn, y mientras le comenzaba a desabrochar el pantalón, dió algunos mordiscos a sus labios para provocar al demonio debajo suyo, lo cual salió muy bien, ya que Arawn se empujó hacia él, incorporándose y acariciando con fuerza su espalda, su cintura y por último sus glúteos, apretando y masajeando. Las manos de Arawn desabrocharon y removieron gentilmente el pantalón de Crowley, y finalmente ambos estaban sólo en interiores, aún el ángel sobre el demonio.

-Tienes razón, Aziraphale...el cuerpo humano es asombroso - Crowley acarició delicadamente el abdomen de Arawn y lo observaba, pero parecía pensar en algo más, su mirada era entre un sutil triste y seductora.

- Cas

- No me llames por ese nombre- interrumpió el ángel rápidamente

- Pero...tu acabas de decir mi antiguo nombre... qué es lo que no me estás diciendo... Crowley?- Arawn acarició la mejilla del ángel y lo miró a los ojos, esos brillantes ojos color miel con toques marrón claro y destellos ámbar.

Crowley no habló, se acercó y besó a su compañero. Un beso que inició tierno y se volvió profundo, largo y más apasionado, bajó por el cuello y volvió a los labios. Las manos del demonio seguían en la espalda y luego las caderas del pelirrojo, dando caricias fuertes, apretando y dejando ligeras marcas rojizas y rosaseas que no duraban mucho en la piel, pero lo suficiente para saber qué había mucho deseo en cada una. Con gentileza Arawn removió la ropa interior de Crowley, acarició su piel a lo largo de sus piernas y subió el mismo camino, dirigiendo una mano a los glúteos y la otra al miembro ligeramente erecto.

Crowley gimió un poco, pero su intención para esta ocasión era ser quien tuviese el control, no sólo dejarse llevar, así que empujó un poco al rizado, separándose nuevamente y colocando al de ojos verdes recostado. El ángel se acercó y dió mordiscos en el pecho, en el abdomen y siguió bajando hasta el vientre, el cuál acarició con las yemas de los dedos de forma suave y lenta, lo que causó que Arawn se curveara un poco y gimiera por lo bajo. Crowley sonrió de lado con los sonidos de satisfacción del demonio y procedió a retirar la ropa que aún estorbaba en su camino.

- Estás seguro de lo que vas a hacer? El sabor

- Sólo cállate, Aziraphale... Tú siempre has sido de sabores dulces, yo por otro lado...- Crowley lo interrumpió y dicho aquello comenzó a lamer suave la parte erecta del demonio, lo metió por completo a su boca y subía y bajaba lento.

Aziraphale apretó la revestidura del pequeño sofá, ahora sabía porqué cuando él le había hecho eso a Crowley había movido tanto ay cuerpo, como si perdiera el control de sus reacciones ante semejante estimulación. Era intenso, húmedo y muy cálido, y aunque la sensación de estar dentro de Crowley en la otra posición era lo mejor, no podía depreciar lo importante y significativo que era está vez, no sólo porque era conectar sus cuerpos nuevamente, sino que era su compañero quien tomaba la iniciativa, quien quería que pasara y el que tomaba el control. Y no porque Aziraphale no disfrutara ser el líder en el acto, pero que Crowley mostrara interés y de forma tan determinante, le daba un toque muy seductor e imposible de rechazar, aún si al final volvía a verlo partir con dudas, ese momento lo era todo por ahora, daba igual, tenían tiempo a su Merced para volverse a encontrar y arreglarlo una vez más.

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