The Forbidden

You never learn

Hola! Una vez más tardé, lo sé, pero han sido días complicados y me quedé sin office, así que no podía escribir en mi computadora :'v...lo importante es que sigo escribiendo y como no tengo autocontrol pues estoy escribiendo otros fanfics jaja, ayuda :'D
Por lo pronto otro capítulo, algo corto, pero esta parte y la que sigue son especiales y me sentí muy bien escribiéndolas.
Espero que siga siendo de su agrado y todos los comentarios son bienvenidos :3 
Canciones de este capítulo: Set fire to the rain- Adele/ As it was- Harry Styles

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-No lo sé, Aziraphale...puedo...ah, esto es difícil de explicar...soy un ángel, puedo amar y es mi naturaleza, pero no puedo decir que te amo exactamente como tú me amas... no estoy seguro de ello... siento algo por ti que no he sentido nunca por nadie... pero... si tuviera que darle un significado como tú lo haces, quizás no es lo mismo...

-Y... ¿qué significa todo lo que hacemos para ti? - las palabras sonaban con genuina curiosidad, también un poco de dolor, pero la confusión en el rostro de Aziraphale era todo

-Aziraphale, esto es especial, sólo no estoy seguro de poder definirlo en la forma en que tú lo haces...

-Por qué? ¿Qué es lo que crees que es tan diferente? - Aziraphale se sentó de frente a Crowley, con un rostro angustiado por la duda

Crowley lo miró a los ojos, no pudo evitar poner un rostro triste, sabía que sus palabras serían dolorosas para los dos, pero mucho más para el demonio que esperaba su respuesta.

-Tú harías cualquier cosa por mí, arriesgaste tu vida como ángel y la perdiste, renunciaste a ser quien eras por lo que sentías, estás dispuesto a perderlo todo sólo por aferrarte a lo que sientes por mí, y yo...yo no creo que podría hacer lo mismo...- lágrimas corrieron por las mejillas de Crowley – Lo lamento...

Aziraphale lo miró sorprendido, no llegó a pensar que lo que había dejado por estar con Crowley fuera una pérdida, y entonces sintió que para Crowley sólo había esa visión, el cielo lo era todo y nada podía ser más valioso, importante, amado... Quizás Aziraphale era apreciado, amado como un ser que existe y le acompañaba, que le mostraba cosas diferentes, que compartía los secretos, pero, no significaba más, si algún otro ángel otorgaba lo mismo, entonces Aziraphale...no, entonces Arawn no sería significativo. El demonio se quedó mirando la nada unos segundos, se levantó y chasqueó los dedos, ambos estaban vestidos, limpios y como si no hubieran hecho un desastre del lugar hacía unos momentos. Arawn caminó a la puerta de la librería, la abrió y dio un paso afuera, se giró para mirar al ángel con un rostro serio.

-Nos vemos, Cassiel...- y salió cerrando con cuidado.

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A pesar de que sabía que no debía preguntar, porque tendría que ser suficiente lo que habíamos logrado tener, a dónde habíamos logrado llegar sin ser destruidos por cielo o infierno en todos esos años... quizás había pasado demasiado tiempo en la tierra y mi percepción estaba siendo muy humana para nuestro bien, pero si el cielo siempre sería primero que yo, entonces al final en algún punto simplemente podría traicionar nuestro "acuerdo"...?
La verdad era que me sentí patético y solitario, pero jamás pensé en que ser un ángel caído fuera perder algo a cambio de Cassiel, porque no podía perder algo que no me importaba tener, un lugar a donde posiblemente ni siquiera pertenecía en primer lugar y sólo tuve la mala (o buena) suerte de tener origen. Pero era obvio que para Cas las cosas funcionaban diferente, muy diferente a mi, y yo no lo cambiaría sólo por repetirle cómo me sentía, o al menos eso creo, porque a pesar de que sólo pasaron un par de décadas para que viniera a buscarme, nunca creí ser yo quien lo convenció de volver a estar juntos, simplemente descubrió por sí misma que eso era lo que valía más la pena...y ahora soy yo quien cree que podríamos haber hecho algo diferente para no tener el resultado que terminó siendo.