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No me pidas que te entienda.
Intente hacerlo pero cuendo lo lograba, parecía que tú buscabas otra actitud para darme a analizar, como si de una tarea se tratase.

No me pidas perdón.
Te perdone muchas veces.
Me cansé de hacerlo, pero al mismo tiempo era adictivo.

Me pediste que no me alejara de ti pero al primer pestañeo tu saliste corriendo.

¿Quien te entiende?
Lo siento mucho por ti, porque ni tu logras entenderte.

Me contaste todas esas historias de porque te daba miedo volver a enamorarte, ¿ahora como le hago para perder el miedo que me compartiste?

Intente amarte; abrace tus heridas, intente calmar tus miedos y protegerte de ti misma, pero tú lo dijiste: el amor no cura.

No sé que hice mal. Yo solo quería amarte de la misma manera en la que tú lo haces. Te ame como amo los atardeceres con todos sus colores y a todas sus intensidades, pero no fue suficiente. Yo ya no tengo más para darte. No a ti.

Ayúdame a entender (te) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora