Ayúdame a entender (te)

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Quiero contarte de lo mucho que me afecta tu ausencia.
Es como si te hubieras llevado tanto de mi, que no me dejaste ni las palabras.
Ni para decirte que te amo, ni para decirte que ya no.

Te fuiste sin hacer ruido.
Te fuiste de noche y sin azotar la puerta. Caminaste descalzo y de puntillas para no asustarme con el ruido de tus zapatos.
Y cuando desperté, a mi lado había un nuevo vacío, en realidad eso no me importó, porque estaba acostumbrada a tus huidas, pero cuando note que no volvías, sentí el verdadero temor de que ese lado vacío que dejaste en mi pecho, no sería capaz de llenarse ni con todo el amor del mundo.
No espero que me lo den; esperaba que yo pudiera dármelo, pero hasta eso te llevaste. Mi capacidad para amar de nuevo. Para amarme aunque sea a mi.

No te guardo rencor.

Intente darte todo el amor que pude, y demostrarte un poco del que te merecías, y te gustó tanto que hasta te lo llevaste.

Me dejaste con la mente ocupada y con las manos vacías.
Con el pecho en llamas y con el alma rota.
¿Que más querías?
Me siento tan tonta que si me pedías más, te lo hubiera dado. Pero ¿que más te podía dar?, si te llevaste hasta lo que no te pertenecía.