Capítulo 12
Afuera de aquella pequeña y acogedora casa había comenzado una tormenta que parecía no tener final.
Luego de que decidí quedarme con Will, el me mostró el resto de su hogar. Era una casa muy agradable, en la que perfectamente podían vivir dos personas, él ocupaba uno de las habitaciones pero me dijo que la otra la tenía para guardar cosas casi sin utilizar.
Me pasee varias veces de un lado a otro de la sala mientras le replicaba al chico de la camisa azul que se hallaba en la cocina preparando unos sándwiches.
-si sigues caminando así me dejaras sin piso.- dijo sin volverse hacia mi mientras ponía la comida en un plato.
-Will dormiré aquí, así tenga que pegarme al sofá.
Desde que hablamos, Will me había dicho que yo dormiría en su cama y él se pasaría al sofá, pero por mi parte parecía lo más descarado posible el desbancarlo de su propia cama e invadir su casa.
-no hay discusión.- colocó los platos en la pequeña mesa de cuatro puestos que se encontraba en un costado de la sala. Era totalmente hecha en madera de un color bastante hermoso, y la parte superior tenía un vidrio con forma circular en las esquinas.
-te dije que no tenía hambre.-dije.
-no, dijiste que no era necesario, pero para mí lo es.
Mi estómago rugió delatándome y me obligué a sentarme en el lugar que él había proporcionado para mí.
-comeré, si me dejas dormir en el sofá.- lo señale en modo de advertencia esperando que por fin cediera
-comerás de todos modos, Sé que tienes hambre- respondió encogiéndose de hombros despreocupado y sentándose en la mesa frente a mi
Fruncí el ceño levemente y tome el sándwich en mis manos, lo acerque a mi boca y pegue un mordisco, Al instante mis papilas gustativas se deleitaron con aquel sabor. Estaba hecho de atún, una de mis comidas favoritas.
El pareció darse cuenta de mi fascinación por que se quedó mirándome con gesto divertido mientras apoyaba su cara en la mano derecha al tiempo que ponía el codo en la mesa. Sinceramente nunca me había fijado en su mirada, este, poseía unos lindos ojos de color gris, que escrutaban hasta lo más profundo de tu ser, y sin duda era la manera más efectiva de adivinar sus cambios de humor, bastaba con concentrarse en esa mirada tan expresiva.
Mire hacia ambos lados de la habitación sin saber que hacer o cómo reaccionar. Trague duro y parpadee varias veces antes de hablar.
-¿se te ofrece algo?- indagué.
- me gusta ver a las personas felices.
Eso último me dejo sin palabras. Pareciera que este chico llevaba cada una de sus frases intimidantes anotadas en un diario y que supiera específicamente cuando sacarlas a la luz.
-muy bien- dije evadiendo su respuesta- cuéntame sobre ti.
Deje mi comida de nuevo en el plato y me recosté en las palmas de mis manos acunando mi cara sin dejar de mirarlo esperando una respuesta.
-bueno, vivo solo como podrás ver.
Asentí.
-mis padres murieron hace años en un accidente de auto.- miró el suelo mientras yo me quedaba perpleja.
-de...de verdad lo siento, no debí preguntar- me puse demasiado nerviosa, era una estúpida ¿Cómo se me ocurrió? De seguro me odia.
Cuando menos me lo esperaba soltó una carcajada que parecía no tener final, casi parecía que se ahogaría y yo tendría que correr para no estar implicada en una muerte, se puso totalmente colorado mientras lágrimas salían de sus ojos. Arrugo levemente su cara para intentar contener su risa, lo cual resulto imposible.
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puntos suspensivos #Wattys2016
Teen Fiction#Wattys2016 "Emilia nunca podrá poner punto final a su historia. esta siempre se vera marcada por unos puntos suspensivos." Emilia tiene 16 años y acaba de mudarse a parís con su familia. luego de una decepción amorosa, ella decide empezar una n...