Capítulo 13
Al cabo de dos horas, me encontraba aseada y vestida con la misma ropa del día anterior, tome mi pequeño bolso vigilando que no me faltara nada y luego me senté en una pequeña silla situada en la sala de la casa de will esperando a que este terminara de ducharse.
Escuche una puerta abrirse, lo comprobé en cuanto lo vi entrando a la instancia cambiado y con el cabello totalmente mojado.
-¿Qué haces?- dice planchando un poco su camisa con las palmas de sus manos.
-esperaba que salieras para irme tranquila.
Abrió sus ojos de manera impresionante y luego metió las manos en sus bolsillos despreocupadamente mientras fruncía el ceño.
-creo que habías dicho que te quedarías.- raspo su garganta y pude darme cuenta que veía hacia el piso y luego a mi aleatoriamente.
Se comportaba de una manera tierna la cual nunca había sido propensa a presenciar en él, parece que no es solo un chico fastidioso y molesto, de hecho es muy amable a pesar de ser en esencia una persona propensa a hacer bromas y comentarios fuera de lugar. Al pensarlo me di automáticamente una cachetada interior. Hace varios meses me prometí a mí misma no acercarme de a mucho a los hombres evitando degradarme aún más y lastimarme estúpidamente, y aunque estoy totalmente al tanto que nunca sucederá nada con una persona como will no está de más seccionarse.
-de hecho era una broma no quiero incomodar.
El, estaba a punto de decir algo reprobatorio al respecto pero antes de eso lo interrumpí.
-de todos modos- continúe- debo volver a mi casa, mi madre ya querrá que regrese de la "casa de sebastian"- hice las comillas con mis dedos al tiempo que rodaba mis ojos- gracias por dejar que me quedara y ser tan atento.-le sonreí sincera y el me imitó
- y por no violarte ni matarte para vender tus órganos- puntualizó riendo.
No pude evitar unirme a sus risas. Si, el will bromista había regresado pero me gustaba, su comportamiento divertido desvanecía la tensión qe la poca confianza creaba entre nosotros
-sí, sobre todo por no violarme ni vender mis órganos.
rodé los ojos divertida hasta que nuestras risas se clamaron. Nos miramos por unos segundos sin saber que más decir o que hacer y yo me sobresalte al pensar que se me estaba haciendo tarde.
-ya debo irme.-Comenté rompiendo el lazo de nuestras miradas y me levanté de la silla
-comprendo.
Camine hacia atrás hasta que mi espalda choco con la puerta, tome el pomo entre mis delgados dedos y lo gire con cuidado.
-adiós.
Me encontraba a punto de cerrar la puerta cuando este la detuvo con su pie.
-espera- murmuró- ¿me das tu teléfono?, ahora que te conozco un poco más sé que eres propensa a tener problemas de tamaños colosales, a lo mejor me necesites más tarde.
No escuché el resto de lo que dijo después de "¿me das tu teléfono?". Me había quedado paralizada ante su pregunta. Esta, me trajo recuerdos que muy dentro de mi sabía que eran del pasado, pero que bajo ningún motivo podía volver a repetir, era como si fueras caminando por un lugar desconocido y cayeras por accidente en un hoyo, aunque vuelvas a pasar tres veces más por el mismo lugar, debes ser lo suficientemente imbécil para volver a caer de nuevo. Esa en definitiva era una de mis más grandes teorías.
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puntos suspensivos #Wattys2016
Novela Juvenil#Wattys2016 "Emilia nunca podrá poner punto final a su historia. esta siempre se vera marcada por unos puntos suspensivos." Emilia tiene 16 años y acaba de mudarse a parís con su familia. luego de una decepción amorosa, ella decide empezar una n...