Capítulo 9

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Avery

Regresaba de la cocina con botanas para, Liam y Levi, entré a la sala a paso lento y paré en seco cuando escuché a, Liam, hablar.

– Dijo que tú le parecías lindo y que te preguntara si se podían conocer.

Abrí mis ojos con asombro, pero de un momento a otro sentí una presión en mi pecho y un nudo formándose en mi garganta, ¿Y cómo no?, si hace poco me dí cuenta de mis sentimientos por, Levi.

Volteé a ver a, Liam, y después, Levi, se giró para verme.

– Ehm, les dejo esto aquí, pueden tomar cuanto quieran, yo... Ya regreso. – salí de ahí y fuí directo a mi cuarto.

Me encerré y me tumbé en mi cama viendo fijamente al techo. Al parecer, Levi, conseguirá novia. Me alegro por el.

Suspiré y pasé mis manos por mi cara. El sonido de la puerta siendo golpeada me asustó.

– Avery. – era, Levi, del otro lado de la puerta – ¿Estás ahí? ¿Estás bien, pasó algo?

– Mhm, nada, solo... Me sentí un poco mal, es todo.

– ¿Mal en que sentido? – sonaba preocupado.

– De salud. – no era cierto.

– ¡¿Necesitas ir a un médico?! ¡Te puedo llevar!

– No no, no es nada grave, solo un pequeño mareo.

– ¿Segura?

– Segura.

– Bueno. – hubo un pequeño silencio de por medio – Liam, ya se fue y creo que la práctica de hoy ya terminó, así que... Tengo que irme.

– Oh, claro, nos vemos.

– Si necesitas algo, puedes escribirme o llamarme, vendré de inmediato.

– Gracias, pero no hace falta, Miley, vendrá pronto.

– Está bien, pero tómalo en cuenta. Cuídate, Avery. Por favor.

Escuché como bajaba las escaleras y cerraba la puerta principal. Suspiré y me dirigí al baño para lavarme la cara, tal vez así despejaba un poco mi mente.

Después, bajé hacia la cocina en busca de un poco de agua. Escuché como la puerta principal se abría, seguramente era, Miley.

– ¡Ya llegué! – dijo desde la entrada, después apareció y entró a la cocina.
– Hola, ¿No han practicado? – se acercó a la barra y se sentó en un banco.

– Ya terminamos. – imité su acción y bebí del vaso con agua.

– ¿Tan rápido? – levantó una ceja.

– Sip. – dije, desganada.

Miley me miró cuidadosamente por unos minutos.

– ¿Pasó algo? – subió sus codos a la barra y apoyó su cabeza entre sus manos.

– Pues, estuvimos practicando y nos estamos aprendiendo la primer canción. – terminé de beber el agua.

– Sabes que no estoy hablando de eso.

Suspiré y me levanté del asiento para lavar el vaso, una acción bastante tonta para evitar el tema.

– Avery, ¿Qué pasó? – cambió su tono de voz a uno molesto.

– Creo... – dejé a un lado el vaso y me giré para verla – Que me está comenzando a gustar, Levi. – agaché mi cabeza.

– Lo sabía, ¡Lo sabía!, pero... ¿Por qué estás triste?, eso no es razón para sentirte mal.

¿Qué demonios se supone que éramos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora