KARA ZOR EL

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Fueron meses muy largos. Para todos los involucrados.

Poco a poco, la ciudad recupero la calma y las cosas volvieron a la normalidad. Aunque el miedo continuaba presente en los habitantes.

El gobierno se hizo cargo de los restos de Black Zero, y de los restos de los kriptonianos que dejaron atrás. Creando una agencia secreta destinada a prevenir y eventualmente detener otro posible ataque de esas características.

Lena asumió el control total de Luthor Corp, ante la condición irreversible de su anterior CEO. Lex había quedado en estado vegetativo después de su enfrentamiento con Kara. Su madre Lillian, había suspendido sus vacaciones indefinidas en Europa para venir a hacerse cargo de su hijo mayor. Había acondicionado toda el ala sur de Luthor Manor para ellos dos. Nunca más volvió a esa propiedad.

Lena por su parte jugaba un juego peligroso. Al esconder a un potencial invasor para el planeta bajo las narices del general Lane. Llevándose a Kara lo más lejos posible de todo lo que pudiera representar un riesgo. Ayudada por la teniente Danvers y su esposa, la morena dueña del bar, Lena traslado el cuerpo casi sin vida de Kara a la apacible ciudad de Midvale. Bajo el nombre de Kara Isabella Danvers. Alex le había dado la identidad de su hermana menor, que había fallecido de leucemia cuando era pequeña, cumpliendo su deuda, cuando Kara la rescato de ese hombre. Su recuperación demando todo lo que Lena tenía para dar, no solo su tecnología sino también su voluntad. Kara parecía haberse rendido finalmente. Lena nunca dejaba de visitarla, siempre cuidando de no ser descubierta ya que Lane había mandado a seguirla por un tiempo. Hasta que al parecer se convenció de su inocencia. Pero igual, Lena nunca daba nada por sentado.

Sintió el siseo familiar del aire tras ella.

Kara entraba por la ventana de su despacho, como otras tantas veces.

-Esa no es una puerta, sabes.-dijo la CEO de Luthor Corp mientras se levantaba de su sitio para recibirla-

-Entonces, por que construiste ese balcón?-pregunto Kara con diversión-

-Porque me gusta la vista.

Fue la sencilla respuesta de la morena mientras rodeaba el cuello de su amante con ambos brazos y la besaba despacio. Sonrió cuando sintió lo brazos largos de Kara acariciar sus caderas. Había algo diferente en su mirada, noto Lena mucho después. Mientras ambas se relajaban en el amplio sofá del despacho, Kara acariciaba su cabello suelto mientras.

-Lo termine.-dijo-

Lena alzo la cabeza que reposaba sobre el pecho desnudo de su pareja.

-Está hecho.-dijo-¿Quieres verlo?

-Si, me encantaría.

Se vistieron despacio, sin prisas. Cuando Kara advirtió que debería llevar más abrigo. Lena no comprendió al principio hasta que, a medida que se dirigían cada vez más al norte, lo supo. Sobrevolaron Canadá y más arriba. Cuando solo hallaron nieve pura y hielo. Kara había perfeccionado su técnica de vuelo, lo que permitía que su pasajera no resintiera la velocidad. El siempre cálido cuerpo de su mujer protegía a Lena del frio polar, cuando se detuvieron a media altura. Para contemplar el paisaje blanco.

-Debido a que Rao estaba muriendo, el núcleo del planeta no era suficiente para calentarnos por lo que el clima de Kriptón en los últimos años era así.-explico Kara mientras las hacia descender sobre el hielo-

Lena estaba sin palabras. A su lado, Kara saco del bolsillo de su pantalón una especie de cristal y se lo mostro. Luego lo alzo al cielo y, frente a ellas, una estructura enorme comenzó a materializarse delante de sus ojos. No tomo más de algunos minutos y absolutamente sin sonido alguno, realmente Lena estaba en presencia de tecnología de otro mundo. Frente a ella quedo conformada una majestuosa estructura hecha íntegramente de hielo macizo. Con un diseño asimétrico y elegante, que podría competir con cualquier edificio del mundo.

Kara la dejo sobre el hielo con suavidad, tomo su mano y comenzaron a caminar hacia la puerta principal, que se alzaba ante ellas. En el frente, estaba el sello de la casa de El, la verdadera familia de Kara. Junto a la entrada había un panel de control, donde Kara coloco su mano. El interior era tan espectacular como el exterior, las enormes y gruesas columnas se elevaban por metros sobre ellas, flanqueando un amplio salón. Vio estatuas y diversos símbolos que despertaron su curiosidad y que tomo nota para preguntar después. Curiosamente, no hacia frio como Lena pensó que sería. Más adelante se detuvo a contemplar las enormes estatuas situadas a cada lado de la entrada a la próxima sala delante de ellas, un hombre y una mujer vestidos con sus ropas tradicionales y con el sello de su casa luciendo orgullosos en su pecho. Ambos tenían el brazo derecho en alto, sosteniendo una esfera rojiza por sobre sus cabezas.

-Ven. Hay más para ver.

Insto Kara y la llevo de la mano a la próxima habitación. Esta en cambio ya no era tan fastuosa, u ornamentada como la anterior. Lo que dejaba en claro su propósito, el ojo experto de Lena reconoció la tecnología en esos tableros.

Fue durante el aniversario de la muerte de Lionel, que Lena le enseño como su mundo recordaba a los que ya no estaban. Kara acompaño a Lena al mausoleo familiar, donde Lena deposito orquídeas, las favoritas de su padre.

-¿Por qué hacerlo, si tu padre ciertamente no está para verlo?-le había preguntado más tarde esa noche, mientras acariciaba el cuerpo desnudo y tibio de Lena-

-No lo hacemos por ellos, Kara. Porque si, ellos no están para verlo. Lo hacemos por nosotros, es nuestra manera de rendirles homenaje. De recordarnos que estuvieron y lo importante que fueron en nuestras vidas. Se que esos días son muy difíciles para ti, y me vuelvo loca de preocupación cuando desapareces por horas y no sé dónde estás. Te amo mas allá de todo, pero se que a veces mi amor no basta. Que necesitas estar en contacto con tus raíces. Eso no es malo. Estaré más tranquila sabiendo que estas allí, y que cuando te sientas lista, volverás a mí.

-Siempre volveré a ti.-Kara la movió para colocarla sobre ella y la abrazo-Eres mi mundo ahora.

Kara busco sus labios una vez más. Y le hizo el amor el resto de la noche.

Ahora que sus recuerdos habían regresado por completo, Kara necesitaba darle un cierre a toda su historia. Y comenzar otra nueva. En otro sitio. Y con otras personas. Muchas veces Lena fue testigo de lo duros que fueron esos momentos, preguntándose cuantas veces se podía empezar de nuevo. Una vez? Dos? Las que hagan falta? Kara lo había perdido todo dos veces ya.

Una noche, hace varios meses, Kara se reencontró con su fe.

Sentada en el techo de la casa donde habían escogido para vivir, encontró a su sol. Una estrella rojiza que brillaba intermitente en el vasto mar del cosmos. Y un poco de esa luz regreso a ella. Alguna vez, Kriptón fue un faro de civilización y cultura. Admirado y venerado por otras civilizaciones que tal vez permanezcan. Y Kara Zor El era la última hija de esa cultura. Su legado continuaría vivo a través de ella.

-Es precioso.-dijo Lena con total honestidad-

-Lo es. Gracias.

-¿Gracias?-Lena la miro confundida-¿Por qué me das las gracias?

-Porque fueron tus palabras las que me dieron la idea de que hacer. Creo que nunca pude darte las gracias por todo, Lena. Por no dejarme nunca. Por no dejar que perdiera el rumbo.

-Te amo.-fue lo único que atino a decir, ante la cruda emoción que la había embargado-

Kara la abrazo y la beso suavemente en los labios y luego en su coronilla. Así abrazada, de su bolsillo saco el dispositivo que Faora le entregara a Lena ese día y lo coloco en el puerto de acceso. Unos segundos después, las imágenes de un hombre y una mujer aparecieron sobre el borde superior del tablero. El hombre era joven, de cabellos oscuros y ojos de un azul llamativo como los ojos de Kara. La mujer a su lado era igual de hermosa que Kara, de aspecto gentil y los mismos cabellos color trigo. Y ojos verdes.

Lena sintió una leve emoción en su pareja ante las imágenes, cuando el agarre de Kara pareció flaquear por un segundo para luego volver a ser firme.

-Ellos son mis padres.-dijo con la voz tomada a causa de la emoción-Zor y Alura.

-Bienvenida Kara Zor El. Hemos esperado mucho tiempo para verte.-respondió Zor El-Bienvenida a tu hogar.-------------------------------------------------------------

FIN.

La hija del generalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora