TU CORAZÓN ES UNA ESPADA

93 10 0
                                    


Pasarían varias semanas antes de que Kara Dru Zod volviera a cruzarse con Lena Luthor. En parte porque no tenía una explicación racional a lo que había hecho esa noche a la salida del restorán con ese humano. Y en parte porque tenía cosas más urgentes que tratar. Como el asunto de los terroristas.

Despertaba temprano como siempre. Oraba a Rao desde su ventana, pidiendo su perdón y absolución y comenzaba su día. Iba a Luthor Corp a sus exámenes de rutina, evitando cuidadosamente la presencia de la mujer Luthor, en ese poco tiempo había aprendido a distinguir los latidos de su corazón y hasta sus característicos pasos cuando llegaba a la empresa. Asegurándose de nunca estar para cuando ella llegaba. Luego de eso iba a la estación de policía. Donde Nam Ek la esperaba para trabajar. Acompañados siempre por alguien del departamento salían a hacer sus rondas de vigilancia.

Se hacían llamar grupo CADMUS, su líder era un hombre llamado Barry Allen, del que no se sabía casi nada. Proclamados los defensores de la humanidad de la amenaza invasora. Habían atacado la base de Black Zero anteriormente, dejando solo heridos humanos. O los emboscaban en las patrullas. En más de una oportunidad, Kara debió rescatar a los oficiales que iban con ellos de una muerte segura, atacados por gente de su propia raza. Kara había sido soldado desde muy joven, y si bien entendía la muerte, nunca fue partidaria del derramamiento inútil de sangre. El tiempo que no estaba en la calle, se recluía en la oficina y observaba las cámaras de vigilancia. Resultaba intrigante que fueran tan organizados, sus recursos y movimientos no eran aleatorios, ni mucho menos impulsivos. Su padre consideraba a los humanos como seres inferiores, a falta de un término no tan despectivo. Kara no había presenciado las reuniones de Zod con sus personas de confianza, su madre Faora, Nam Ek, y Jax Ur, el médico de la unidad. Nunca se había sentido cómoda en compañía de ellos, y no era algo reciente.

Desde alguna parte del edificio se escuchaba la televisión, un monitor donde se transmitía toda clase de imágenes interactivas ya sea para recreación o no, había descubierto no hace mucho. El nombre de Lena surgió, sacándola de su concentración. Una transmisión la ubicaba en las afueras de la ciudad, en la planta industrial de su empresa dando un discurso cuando el hombre encargado de transmitir lo que sucedía comenzó a decir que se estaba formando un tumulto. Dejo lo que hacía, rastreando la transmisión hasta su origen, en la cafetería de la estación, ubicada un piso más abajo. En efecto, las imágenes mostraban lo que sería el discurso de inauguración siendo invadido por humanos enmascarados que arrojaban bombas de estruendo y gases lacrimógenos. Kara se acerco a uno de los oficiales que miraba en ese momento y lo sujeto de la camisa de su uniforme.

-En donde es?-pregunto con apremio, acorralándolo contra la pared más cercana-

-L-la planta Luthor está a las afueras de Metrópolis.

Pero Kara ya no estaba allí, abandono el edificio a través de una de las ventanas elevándose sobre la ciudad. Sin importarle quien pudiera verla y puso rumbo hacia la planta industrial siguiendo solo el frenético latido del corazón de la humana.

Cayó en medio del gentío. Provocando un cráter en el concreto del piso y haciendo que la gente se apartara asustada. Tras ella estaba el estrado, donde hasta hace solo unos minutos Lena Luthor daba sus palabras de inauguración. Frente a ella un pequeño grupo de hombres la rodeo y sacaron armas.

-¡Atrás!-ordeno con tono firme-No quiero hacerles daño.

-No te queremos aquí, sucia alienígena. Ni a esa amante de fenómenos.-grito uno de ellos, con el rostro cubierto con una máscara de moto-Somos CADMUS.

Y comenzaron a disparar. Los custodios de Lena la sacaron de allí para llevarla a su coche, pero fueron sorprendidos por otro grupo armado. Al escucharla gritar, Kara se volvió a tiempo para ver como Lena era atacada también. Entonces se irguió en toda su estatura y abrió los brazos para cerrarlos en un aplauso que provoco una onda de choque que los escupió hacia todas direcciones. Y fue a buscar a Lena. La vio atrapada en su vehículo con otros de los atacantes de CADMUS y simplemente llego hasta ellos, los sujeto de la ropa y los fue arrojando hacia todas partes como quien limpia un jardín de mala hierba. Lena estaba parcialmente echada sobre el asiento trasero de su coche hecha un ovillo y llorando histérica, Kara se metió lo mas que pudo y la reviso buscando heridas o algún tipo de daño.

La hija del generalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora