Cómplices

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Escuché una explosión y supe que era momento de actuar.

- Hola, Irma. ¿Cómo te va?

- ¿Qué quieres, Rosier? - dijo la bibliotecaria mirándome por sobre sus lentes.

- Me hiere que pienses que solo te busco por alguna razón además del gozo de pasar tiempo contigo.

- Rosier...

- Necesito que seas una testigo.

- ¿Testigo de qué?

En ese momento cuatro chicos entraron algo apresurados a la biblioteca, pero luego caminaron como si nada pasara, el más alto de ellos saludó a la bibliotecaria.

- De que ellos han estado estudiando aquí toda la mañana.

- ¿Por qué debería hacer eso?

- Porque me acaba de llegar esto. - saqué un libro de mi mochila - Una hermosa edición de El Retrato de Dorian Grey. Con olor a libro nuevo. - canturree lo último.

- ¿La versión original o la censurada?

- Por favor, Irma, ¿a caso no me conoces? ¿Te daría yo algo de calidad inferior?

- Tenemos un trato. - dijo ella de inmediato tomando el libro.

- Siempre es un placer.

Me fui de la biblioteca caminando por los pasillos correctos para encontrarme con la profesora McGonagall.

Ella caminaba a aso apresurado y yo "accidentalmente" choqué con ella en una esquina.

- Oh, perdón profesora, no la vi venir

- No hay problema señorita Rosier, no debería caminar así por los pasillos de esta manera.

- ¿Le pasa algo profesora? - use mi mejor tono de interés.

- Supongo que sabes lo que pasó en la sala de las escobas.

- No profesora. Me encontraba en la biblioteca hace un momento.

- Una explosión, escobas encantadas por todo el pasillo.

- Así que ese fue el ruido que escuché.

- Así es. De hecho estoy buscando a los responsables.

- ¿Los vio?

- No, pero estoy bastante segura de saber quienes son.

- Si usted lo dice. Me debo retirar profesora, James y Remus me dijeron que el profesor Bins suele tomar exámenes sorpresa, así que me voy a buscar mis notas para que Remus me ayude. Por suerte me los encontré en la biblioteca.

- ¿Biblioteca?

- Así es, estaban estudiando cuando llegué.

- Que interesante.

- Bueno tengo que dejarla profesora.

- Hasta pronto, señorita Rosier.

Seguramente en un momento probaría la lealtad de mi clienta. Irma era una muy buena amiga si le conseguías los libros correctos. Libros muggle, a los que no es fácil tener acceso a menos que seas una mestiza o nacida de muggles, por suerte tengo a un águila en el área.

Esa noche en el gran comedor

Cuatro chicos con corbatas rojas y amarillas se acercaron por primera vez a la mesa de Slytherin.

- Rain, ¿podemos hablar?

La voz de Sirius resonó por sobre la de Barty que estaba contando algo.

Regulus lo miró y luego a mi. Yo le hice una señal de que estaba bien y me paré de la mesa.

- Nos vemos en la sala común. Vamos. - estiré a Sirius de la maghasta que abandonamos el gran comedor.

Nos detuvimos en un pasillo vacío y entonces lo solté.

- ¿Qué se les ofrece? Merodeadores.

- ¿También le dijiste nuestro nombre? - exclamó Sirius en dirección a Remus, este solo se encogió de hombros.

- Hay que dar algo de información para obtener ayuda.

- ¿Me llamaste solo para quejarte porque se el nombre de la pandilla de Gryffindor? Porque si es así me voy. - dije cruzándome de brazos.

- En realidad, - interrumpió James - queremos agradecerte. Nunca tuvimos una coartada, ni buena ni mala. Y no nos llames pandilla.

Yo alcé una ceja.

- Diría que me sorprende, pero lo que más me sorprende es que me estén hablando y mirando a la cara.

Sirius, James y Peter bajaron la cabeza.

- Perdón por eso es que... - comenzó James, pero el pelinegro lo interrumpió.

- Es mi culpa. - Sirius estiró la manga de su abrigo, solía hacer eso cuando tenía que decir algo que no le agradaba. - Yo les dije que se alejaran de ti, que eras una serpiente traicionera.

Otro importante dato sobre Sirius, podía decir verdades crueles a la cara.

- Pues gracias por tu sinceridad. - dije sarcásticamente. - Voy a terminar con su tortura. De nada. No me deben nada, lo hice porque eres mi hermano. - dije mirando a Sirius. - Me voy.

Pero no di dos pasos cuando...

- Gracias hermanita.

Voltee a velo sorprendida, no me decía así desde que me fui a Dumnstrang.

- Rain Jade Rosier... - comenzó James.

- ¿Quiere ser... - continuó Peter.

- Una miembro oficial... - le siguió Remus con una sonrisa.

- De los Merodeadores. - finalizó Sirius con una sonrisa.

- Mmm - hice como si lo pensara. - Esta bien, pero solo porque se que no sobrevivirán sin mi.

Los cuatro chicos se abalanzaron sobre mi y me abrazaron entre risas.

- Ya, listo, estamos bien así. - dije separándome de ellos.

- Nos vemos mañana en el almuerzo, Merodeadora. Ahora eres parte de la pandilla de Gryffindor.

- Nos vemos.


-


Lady JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora