Narrador omnisciente
Mientras los hermanos cuidaban a la niña, Victoria estaba en camino hacia el hospital, con una preocupación enorme y maldiciendose a si misma por hacer esa gran estupidez, la cual provocó esto.
Llegó al hospital y corrió hacia la sala donde se encontraba su chica, la cual seguía dormida. Los hermanos se retiraron, dejandolas solas. Victoria tomó la mano de la niña, y entre lágrimas le dijo
-peque de enserio perdóname, perdóname pol favol, no quise decir eso, yo te amo con todo mi corazón mi niña, pol favol, se fuelte-
En eso, Maia comenzó a abrir sus ojos, viendo a Victoria llorando contra su mano. Primero en su cabeza era todo confusión, ya que según lo que había pasado, su novia estaba enojada o algo así. Maia siempre fue muy madura, y entendió rápidamente lo que había pasado, que era todo un mal entendido.
-v-vic- dijo ella al despertar
-mi amor por dios despertaste, voy a llamar a los medicos- se paró para salir, pero Maia la frenó
-no, espera-
-que pasó mi niña?-
-es verdad todo lo que me dijiste?- preguntó mirándola a los ojos
-no, te juro que no-
Victoria se acercó a su chica y le dió un beso en la frente, para luego llamar a los medicos. Estos entraron, la revisaron y le dieron el alta. Victoria estaba decidida a cuidarla más que nunca, ya había pasado por el dolor de perderla y no quería pasarlo denuevo.
Salieron juntas, de la mano caminaron hacia el auto donde Victoria manejaría. La menor era fanática de manejar, de los coches y demás, pero hoy no podía hacerlo. Se subieron juntas y lo primero que hizo la mayor, fue abrazar a su niña, la que tanto había extrañado. Maia correspondió gustosamente el abrazo, lo necesitaba y sabía que en su casa se iban a dar muchos más.
Fueron camino a su casa, durante el viaje hubo un silencio cómodo, lleno de paz. Cuando llegaron, las dos entraron a la casa y lo primero que hizo Victoria fue abrazar nuevamente a Maia, como la primera vez que se vieron, apoyó su mentón en la cabeza de su chica.
-de veldad te quiero pedi'l perdón, yo nunca quise decil eso, pol favol, perdóname-
-ya Vicki, no pasa nada, yo entiendo-
Victoria levantó a Maia del piso y la cargó como un niño chiquito, colocando los brazos de la menor en su cuello y sus piernas en su cintura. Caminó con ella encima hasta llegar a su habitación, dónde delicadamente la dejó en la cama y comenzó a darle besos por toda la cara.
Maia solo se reía, ante los ojos de miko ella era una adorable niña pequeña, la cosita que más amaba en el mundo. Ante los ojos de Maia, miko era la mujer más bella del planeta, la cual protegeria a toda costa.
-peque, que quiere' comel?-
Victoria se sentó al borde de la cama mirando a su niña.
-papas, porfi-
La mayor agarro a la menor y la bajó a la cocina, como ya era costumbre la sentó en el mármol de la cocina y comenzó a cocinar. Hizo papas fritas, las favoritas de Maia.
-mi niña, vamo' a comel-
Llamó y Maia se levantó para ir a sentarse junto a su novia para comer. Comieron juntas y hablaron vario rato, extrañaban eso.
-amor, vamos a dormir un rato? Tengo sueño-
La menor apoyó su cabeza en el hombro de Victoria, la cual acarició suavemente su pelo.
-si mami, vamo'-
Fueron juntas a la cama y se cambiaron de ropa a una más cómoda. Victoria se puso una remera que le llegaba por encima de las rodillas y sin nada abajo, solo sus bragas. Maia se puso su pijama de dinosaurio, el que le encantaba a ella y a victoria le generaba mucha ternura.
Se acostaron juntas bajo las sábanas, se abrazaron y se durmieron. Para la menor, no había nada mejor que dormir en los brazos de su novia. Para la mayor, no había nada mejor que tener a su novia en sus brazos.
Dos meses después
Maia estaba junto a su novia en la playa. A la menor siempre le gustó el fútbol, estaba vestida con un top deportivo, un short de fútbol y una gorra. Victoria con su traje de baño estaba tirada en la arena, viendo cómo su chica jugaba con la pelota.
Lo que la niña no sabía, era que hoy iba a recibir la sorpresa que cambiaría su vida para siempre.
Victoria tenía todo preparado, estaba muy nerviosa, pero había tomado valor para decírselo ese día.
-mami, puede' venir un minuto?-
-si mi vida, voy-
La menor corrió a los brazos de su novia. Se pararon juntas, mirándose a los ojos. Victoria la miraba con ternura, no podía creer que seguía con la mujer que más amaba al lado suyo.
-mi niña, tu sabes lo que te amo, lo que te necesito siempre, que ere' la mujel de mi vida-
Victoria se arrodilló frente a su chica, del bolsillo de su short sacó una cajita, la abrió frente a ella y preguntó:
-te quieres casar conmigo?-
Fin.
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Y LLEGAMOS AL FINAL DE ESTA HISTORIA MI GENTE. De verdad gracias a todos los que la leyeron, los que estuvieron apoyando siempre. Muchísimas gracias, de verdad a mi me encantó escribir esta fic.
Habrá parte 2?
Nos vemos, los quiero 😘