Supervivencia Del Mas Apto (Rain World)

Capitulo 3: Charla

Gard y algunos gato babosas entraban al gran árbol, seguidos de Miguel y yo.

El gran árbol tenia un hueco de alrededor 2 metros de diámetro, que daba a una gran sala. Ahí había muchas herramientas, como lanzas, huesos, cuencos vacíos, cuerdas y otras herramientas básicas, además de un poco de carne de la anterior caza.

Este lugar no se veía oscuro, debido que habían unas pequeñas grietas en las paredes de madera, pasando un poco de la luz solar.

Nosotros fuimos al fondo de la sala, hacia unas escaleras que subían y bajaban. El grupo bajó la escalera dejando a los demás gatos babosas en la entrada o subiendo con los demás, seguramente para descansar.

Entraron a un pequeño pasillo que iba en línea recta hacia un gran tablón de madera a modo de entrada.

Gard, moviendo la puerta y entrando a la habitación, después de Miguel. Yo también los seguí pero con miedo en cada de mis pasos. Pocas veces salía algo bueno cada vez que entraba a esa habitación.

La habitación tenia techo y paredes de madera del árbol, pero con un suelo de partes de raíces y piedra.

Hay 2 pedazos de pieles negras en el suelo a modo de camas, con un tercer pedazo enrollado en una esquina. También había una caja de piedra con una tapa de madera. Y por ultimo, una mesa grande con un montón de sillas. Encima de esta, había una piedra rojiza que emanaba luz, haciendo que la habitación no este a oscuras

En esta sala se hacían la mayoría de las reuniones. Y otros eventos privados, ya que nadie del exterior puede escuchar.

Después de que yo entrara, Gard cerro la puerta, y nos miro a los 2.

- Siéntense. Ahora.

Miguel y yo nos sentamos y nos preparamos mentalmente para los regaños.

- Primero que nada, cuéntenme que paso.

Miguel fue el primero en hablar.

- Estábamos haciendo guardia. Cuando notamos a un gato rojo y solitario venir hacia acá. Samuel fue a ver si era una amenaza mientras yo buscaba ayuda...

Miguel comenzó a contar como les contaba la situación a cada vigilante que encontraban, los cuales comenzaron a evacuar a los demás gato babosas al gran árbol para refugiarse.

Luego, cuando Miguel no tenia mas nada que hacer, comenzó a correr al bosque intentando buscar al grupo de caza. Lo cual me sorprende.

- Wao Miguel, no sabia que tenias el valor para entrar al bosque.

- Samuel, silencio. Prosigue Miguel.

Después de mi regaño de Gard, Miguel siguió contando que pudo encontrar al grupo de caza rápidamente. Ya que estaban regresando y explico la situación.

- Y padre, debes hacer mas ejercicio, apenas si podías correr.

- Okey, a cambio tu te haces responsable y aceptas tu puesto en la tribu.

Miguel se quedo callado mirando a otra dirección que no fuera a Gard, quien lo miraba de manera fulminante. No le gustaba que le recalcaran su sobrepeso.

- Y Samuel, ¿porque cuando llegue, te encontré tirado en el suelo, con el extranjero apuntándote con su lanza? Siempre les he dicho que se escondan cuando vean a alguien desconocido.

"Fue culpa de otro gato" era lo que tenia que decir, pero esas palabras nunca salieron de mi boca, lo que hice fue desviar la pregunta.

- Pero estábamos de vigilancia, y si hubiera tenido malas intenciones, ¿tendría que huir dejando a la tribu desprotegida?

- Si tuviera malas intenciones, te hubiera atravesado la cabeza. Además, cuantas veces les he dicho que corran cuando vean a alguien con un supervisor siguiéndolo, significan peligro extremo.

Samuel, ahora con la cabeza baja, comenzó a contar su historia después de separarse de Miguel.

- Menos mal que solo quería un poco de información... Aunque creía que venia por algo mas... Como sea, los 2 van a salir a cazar mañana con el resto del grupo, tenia planeado ir con ustedes, pero tendré que quedarme aquí organizando a la gente por si aparece otro como él.

- ¿Seguro que no es porque estabas sufriendo para seguir el ritmo de los demás?

Samuel responde con un tono burlón, aun sin separar la cara del suelo, escuchando una risita de Miguel.

- Jaja, muy gracioso, ya quisieras tener mis músculos.

Gard comienza a posar, intentando mostrar algo que no sea pura grasa, en lo cual él fracaso. A lo que Miguel y yo no pudimos aguantar mas y estallamos en risas

Ahora mas relajado, Gard agarra la piel en la pared y la pone en el suelo.

- Duerman ya, mañana van a ver un poco el mundo, pero les advierto, si escucho que crean problemas, la van a pasar mal.

El dúo de gatos se acostaron a dormir, enrollándose cada uno encima de sus pieles en el suelo.

Mientras, Gard pone un cuenco encima de la piedra luminosa, haciendo que la habitación este casi completamente oscura.

Este, en vez de dirigirse a su propia "cama", sale de la habitación y sube las escaleras. Se dirige a agarrar una lanza, cuando un vigilante, un gato de color negro, se acerca para ver que pasaba.

- Líder, ¿que hace a esta hora? Ya está a punto de anochecer.

- Nada, sigue vigilando la entrada, nunca se sabe cuando puede aparecer alguna besta y atacar cuando estamos desprevenidos.

Gard, sin darle mucha importancia al vigilante, agarra una lanza, y se comienza a dirigir a la salida del gran árbol.

- Líder, no planea abandonar la tribu por ese extranjero, ¿no?

- Todo lo contrario, solo saldré a proteger lo que amo. Nunca dejare a esta tribu que levante desde los cimientos solo por seres egocéntricos.

- Pero haces exactamente eso, tu sabes mejor que nadie que nosotros no aguantaríamos mas de una semana sin ti, tu fuerza y sabiduría son lo único que hace que esta tribu pueda existir. Piensa en tu hijo y en Samuel, no puedes dejarlos solos.

- ¡YA! Esto no es una decisión en la cual tengas voz y voto.

El gato negro mira hacia abajo, acepto las palabras de su líder, pero aun mostrando el arrepentimiento en sus ojos de no poder detener a Gard.

- Relájate, solo estaré fuera un par de días, no me pasara nada. Además, no buscare pelea, solo alejarlo de este lugar.

- ¿Y si termina alejando a alguien mas?

- Entonces significa que no fui lo suficientemente fuerte para defender la tribu.

Gard, con solo una lanza en la mano, sale del gran árbol, en el atardecer del ocaso, adentrándose en el bosque en la misma dirección en la que fue el gato rojo.