Parte 1: Campañas de Mayoriano y Restauración del Imperio Romano

247 13 10
                                    

La Salvación de Occidente

Año 460 después de Cristo. Tras varios decenios de una extenuante decadencia, el Imperio Romano de Occidente finalmente empieza a levantar la cabeza. Liderados por el vigoroso emperador Mayoriano, el imperio ha logrado reconquistar la mayor parte de la Galia e Hispania, sometiendo a las diferentes tribus bárbaras a la voluntad romana. El ejército de Mayoriano es numeroso pero conflictivo, pues no son romanos de pleno derecho sino en su mayoría bárbaros germánicos e incluso algunos hunos que quedaron atrás. Sin embargo, es gracias al liderazgo del emperador que estos han sido tan efectivos.

Mayoriano ya había realizado los trabajos de inteligencia en el Reino Vandalo para esta altura, y tenia a su flota estacionada en Cartago Nova (Hispania) a la espera de recibir la orden y atacar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mayoriano ya había realizado los trabajos de inteligencia en el Reino Vandalo para esta altura, y tenia a su flota estacionada en Cartago Nova (Hispania) a la espera de recibir la orden y atacar. Esta vez, el emperador elige él mismo a los guardias de entre sus soldados más leales, llegando a montar vigía a su lado. Y en nuestro escenario, el destino cambia.

Un grupo de guardias, entre los que se encontraba nuestro emperador, se topan con saboteadores que buscan prender fuego a las naves. Rápidamente, se da la alarma. Para complicar aún más las cosas, una pequeña flota de vándalos se hace presente para ayudar a destruir la última esperanza romana. El emperador da la orden y sus tropas, aunque algo desorganizadas en un principio, se lanzan al combate. Los vándalos que lograron tocar tierra fueron inmediatamente recibidos por la infantería foederatti de Mayoriano, mientras algunos barcos romanos zarparon a fin de detener en el mar a los pocos germánicos que no habían logrado desembarcar. Algunos navíos romanos no tardaron en ser víctimas del fuego entre tanta confusión, pero los soldados leales al imperio ejercieron todos los medios posibles para apagar los incendios antes de que se volviesen incontrolables. La lucha fue caótica y desenfrenada, con la Luna como testigo de aquella pequeña escaramuza que estaba por cambiar el destino.

 La lucha fue caótica y desenfrenada, con la Luna como testigo de aquella pequeña escaramuza que estaba por cambiar el destino

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente, un mensajero herido llegó hasta la corte de Genserico, rey de los vándalos, en Cartago. Allí narró como las fuerzas romanas derrotaron a los vándalos, y que aquel ataque solo sirvió para motivar más a Mayoriano y sus hombres. El rey germánico estaría aterrorizado por las noticias, e intentaría enviar emisarios para pedir la paz con el emperador como ya había hecho antes, pero volviendo a ser rechazado. Para ese punto, el factor sorpresa se había perdido y lo este fue remplazado por más resentimiento por parte de los romanos. El temor de Genserico lo orilló a quemar las tierras de cultivos de Mauritania y Numibia, además de envenenar los pozos de agua. Los pocos hombres que le quedaban empezaron a patrullar las aguas circundantes a sus dominios para prepararse para el inminente ataque. Debido a las constantes victorias de Mayoriano, Genserico sabía que si los romanos ponían un pie en África entonces estaría perdido.

¿Y si Mayoriano salvaba la Roma Occidental?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora