Parte 7: Caída de la Dinastia Visigoda y Crisis del Siglo Octavo

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El año 701 comenzaría con un gran revuelo en la ciudad de Roma. Había una parte que apoyaba al nuevo regente, mientras que otro sector se encontraría sumamente disconforme. Rómulo Augusto II tendría que llamar a todas sus tropas disponibles para marchar a Hispania y poner orden en la provincia. Se reuniría con Marius, gobernador de Galia, el cual lo reconocería como emperador legitimo de los romanos. También negociaría con el prefecto pretoriano Juan, quien había sido colocado en el puesto por Eugenio. El prefecto le ofrecería su lealtad a cambio de mantener su puesto, mayor poder militar y que el emperador se casase con la hija de este. Rómulo aceptaría estas condiciones para mantener el orden social dentro de Roma. Mientras se aseguraba de reunir fuerzas que le fuesen leales, también enviaría dos comitivas. Una iría a Germania, para ratificar la paz con el rey Urio y evitar que este quisiese avanzar por encima del norte italiano o de la Galia. La otra iría a Hispania, para intentar convencer a Aquiles de que una nueva guerra civil para Roma no solo era inútil sino que podía beneficiar a sus enemigos exteriores.

Urio aceptaría de buena gana aquella comitiva de paz por parte de Roma, principalmente por estar lidiando con constantes incursiones nórdicas por el norte y la creciente rebelión de los frisios. Como respuesta, enviaría múltiples regalos y a un grupo de soldados para que sirvieran como guardia personal del nuevo emperador. Aquiles, por su lado, declararía que aceptaba reunirse con Rómulo para negociar en la Galia, al ser esta provincia un punto medio entre Hispania e Italia. El gobernador rebelde enviaría su propia comitiva a Britania, solicitando el apoyo del gobernador Publio. Sin embargo, desde Britania se le negaría cualquier tipo de ayuda tanto a Aquiles como a Rómulo, sugiriendo que ellos solucionen sus problemas sin derramar la sangre del pueblo romano.

En el año 702 se llevaría a cabo la reunión entre los primos. Ambos habrían llevado a un gran número de soldados tanto por precaución como para intimidar al contrario. Los dos hombres negociarían durante horas, hasta que Rómulo aceptaría que Aureliano, hijo de Aquiles, ascendería al trono tras su muerte.

Realmente ninguno de los dos estaba de acuerdo con este acuerdo, pero lo consideraban necesario para poder convencer al resto del pueblo como a los demás gobernadores de apoyarlos completamente. Además, la amenaza árabe seguía latente y construyendo una poderosa armada en las costas de la actual Libia, por lo que los romanos deberían prepararse para una nueva invasión. Pero la tensión entre ambas partes continuaría, pues Aquiles se hacía llamar emperador dentro de Hispania.

Rómulo usaría aquellos años de tensa paz para poner en orden la caótica economía romana, mientras intentaba llegar a acuerdos tanto de paz como económicos con otros reinos de alrededor como podría ser Germania, Bulgaria o Constantinopla.  El Reino Germánico sufriría una serie de derrotas ante los frisios quienes los terminarían de expulsar de su territorio, e incluso harían unas pequeñas conquistas. Urio no tendría más opción que firmar la paz con Redbad, reconociéndolo como un rey de un Estado independiente. El rey germano pronto se enteraría de nuevos ataques a la parte oriental de su reino, esta vez perpetrado por diversos pueblos eslavos. Por lo tanto, debería mover a su ya bastante cansado ejercito para continuar con guerras que solo estaban desgastando a los alamanes.

Guerra Hispano-Itálica por Roma.

En el año 707, se terminaría la falsa paz entre Aquiles y Rómulo Augusto II. El gobernador de Hispania llegaría a un acuerdo con las fuerzas musulmanas del norte de África, entregándoles las Islas Baleares a cambio de su ayuda contra el emperador para reconquistar el trono. Rómulo mandaría a llamar a todas sus tropas disponibles para dividirlas en dos fuerzas. En lugar de quedarse en Roma para defenderla de una posible invasión árabe por mar, decidiría marchar con sus fuerzas a Hispania para enfrentarse él mismo contra su primo. Los soldados de la Galia deberían moverse a Italia para defender la península, en lugar de marchar directamente a Hispania al estar más cerca. Aquello le haría perder un tiempo valioso, y a la larga sería un error grave.

¿Y si Mayoriano salvaba la Roma Occidental?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora