El año 751 continuaría con sangrientas batallas a las afueras de Roma. Las fuerzas defensoras se verían completamente abrumada por los alamanes, al punto de que Eutiquio estaría forzado a reclutar ancianos, niños y hasta mujeres para defender la capital imperial. Las murallas terminarían por caer, y las calles de la ciudad eterna se inundarían con la sangre tanto propia como ajena. Carlomán exigiría la rendición de la ciudad, la entrega del emperador y el sometimiento ante el poder alamán.
Las iglesias serían respetadas, pero los templos paganos y los edificios públicos serían saqueados y destruidos. Los legionarios usarían los edificios y escombros de la ciudad como defensa, mientras luchaba calle por calle y casa por casa ante el avance alamán. Cientos de ciudadanos se arrojarían a llorar y rezar ante la tumba de Mayoriano, pidiéndole que volviese de entre los muertos para salvar a Roma como ya lo había hecho antes, pero las fuerzas germánicas profanarían el lugar.
Eutiquio se rendiría, pidiendo por la seguridad de su pueblo. Se inclinaría públicamente ante Carlomán y Zacarías, besando los pies, la espada y el anillo en un acto de total humillación. El rey alamán lo degollaría allí mismo tras el acto, para la consternación inclusive del propio Papa.
Los restos de la última legión romana se alzaría en armas ante tal acto, intentando darle tiempo a la población para escapar. Los últimos romanos caerían luchando en las escaleras del Senado.
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Los senadores que no pudieron huir serían capturados por los guerreros germánicos, quienes prenderían fuego el recinto senatorial.
Muchos romanos lograrían huir al sur de Italia, mientras otros llegarían a navegar hacia el imperio oriental. La noticia conmocionaría a Britania, Hispania y Constantinopla, e incluso más allá también. El Imperio Romano de Occidente había caído.
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Constantino V, quien se encontraba lidiando con los árabes y los búlgaros, desviará a una de sus flotas hacia el sur italiano para “proteger” la zona y tener cierto reclamo sobre Roma. Alfonso de Hispania daría un paso adelante y se proclamaría emperador romano de occidente, aunque su dominio ni siquiera abarcaba la totalidad de Hispania. Octaviano seria el último de los tres en enterarse, y decidiría proclamarse emperador de los britanos-romanos.
Carlomán sería consagrado como patricio romano por el papa Zacarías, quien moriría en el año 752. Las fuerzas alamanas se atrincherarían en Roma, no buscando avanzar más al sur para no sobre exigir a su ejército. Carlomán no sería declarado oficialmente como emperador romano, pero se quedaría en el recinto imperial y se apropiaría de sus atributos.
Alfonso y Octaviano se reunirían en el norte de Hispania. Lejos de alzarse en armas uno contra el otro, ambos reconocerían su autoridad como emperadores de sus respectivas partes. Desde ese punto, ambas dinastías usarían indistintamente el titulo de emperador romano, a veces con pequeñas aclaraciones al sumarle hispano o britano, e inclusive norte y sur. Ambos acordarían que una vez resueltos los problemas en sus respectivos dominios se unirían con un objetivo en común; recuperar Roma de la mano de los alamanes.
En el año 754, el papa Esteban II proclamó patricios a los príncipes Carlos y Carlomán de Germania, tal como su antecesor hizo con su padre. Ese mismo año, San Bonifacio sería asesinado por los frisios paganos bajo las órdenes del rey Teodobaldo. Carlomán, a pesar de encontrarse enfermo, marcharía para invadir Frisia en represalia pero moriria durante el trayecto, quedando aquella guerra en la nada. Sería sucedido por su hijo mayor, Carlomán II, quien decidiría dejar la invasión de Frisia para más adelante.
En el año 755, Abderramán desembarcaria en las costas de Hispania, donde fundaria el Emirato de Córdoba. Alfonso de Hispania, a su vez, comenzaría a distribuir a los diferentes romanos provenientes de Italia que habrían logrado llegar a muy duras penas hacia Hispania. Gala Gaulo usurparía el trono de duque de Venecia, proclamandose a sí mismo como sucesor del Imperio Romano Occidental. Fue depuesto al año siguiente por Domenico Monegario, quien impulsó la actividad mercantil de Venecia.
En el año 757 se cumplirían trescientos años desde el ascenso al trono de Mayoriano, quien había logrado salvar al Imperio Romano Occidental de la desaparición. Pero ahora, las fuerzas germánicas a las que tanto había combatido se habían apropiado de la misma Roma, y el Imperio ya no existía como tal. Alfonso, emperador de Hispania, moriría ese mismo año, dejando el trono en manos de su hijo Flavio, quien adoptaría el titulo de Flavio II. Apenas comenzando su reinado, debería enfrentar una invasión musulmana orquestada por el temible Abderramán.
El Imperio Romano ya no existía. Con el ascenso del poder islámico, la expansión y asentamiento del poderio germanico en Europa y la caida del viejo imperio, este mundo termino su era de Antigüedad Tardia y comenzó de llenó con la Edad Media. Hispania, Venecia y Constantinopla no lo sabían todavía, pero se involucrarian en una competencia para ver quien llegaba antes a Roma para reclamar el título occidental y traer de regreso al imperio.
