El año 601 después de Cristo iniciaría el Siglo Septimo, el cual estaría marcado por las guerras, el caos y la inestabilidad para Roma.
Mauricio, emperador de oriente, le ofrecería a Egidio enviar tropas de refuerzo contra los lombardos. Sin embargo, Egidio se negó ya que confiaba plenamente en su ejercito. El emperador oriental decidió entonces centrar sus recursos en un nuevo ataque contra los ávaros, con el objetivo de someterlos completamente.
La Caída de Germania
Theodorico lograría entrar en Germania, trayendo consigo a sus hombres y a varios mercenarios ávaros que buscaban escapar del alcance bizantino. Así mismo, aunque por cuenta propia, las tribus nórdicas de la zona de la moderna Dinamarca observarían el enorme caos generado por la guerra y aprovecharían para asaltar las zonas más cercanas del norte de Germania. Algunos de estos escandinavos se unirían a las filas de Theodorico, logrando poner en serio aprietos a los romanos. El rey alaman ya no era el mismo joven que habia logrado una victoria sobre Alboino a traves de engañar a los romanos. Todos aquellos años de escaramuzas contra los ávaros, eslavos, lombardos rebeldes y nórdicos habian servido para convertir al joven en un rey guerrero veterano y poderoso.
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Egidio llamaría a Callinicus y a un notable general romano-visigodo llamado Viterico para aplastar a la rebelión germana. Pero la plaga de viruela y la reciente guerra contra los ávaros habían dejado severas secuelas entre las tropas imperiales. En Roma, al igual que en otras provincias, se daría rienda suelta a una enorme campaña de desprestigio contra el emperador. Se decía que aquella guerra, lejos de ser provocada por motivos defensivos, era producto de la depravación y la locura de Egidio. No se lo tardaría en comparar con Calígula o Nerón. A pesar del desprecio que los romanos sentían contra los lombardos y demás bárbaros, muchos no podían negar que aquella guerra fue provocada de forma caprichosa. El emperador, al enterarse de aquellas campañas, mandaría ordenes explicitas de reprimir estas protestas y ejecutar públicamente a quienes se encontraran hablando mal de él. Al mismo tiempo, ordenaría "limpiar" completamente Germania, por lo que estaría prohibido tomar prisioneros para venderlos de esclavos. Para Egidio, la existencia de los bárbaros germánicos se había vuelto intolerable y debían ser exterminados por completo.
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