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Capítulo Nueve:
Locura y más locuras...

Harry estaba pasado por su primer celo.

Así mismo, Harry había tenido las mejores vacaciones de su vida, pasar sus días con Severus y Sirius había resultado en una gran aventura pues ambos habían resultado ser uno padres muy contrarios.

Mientras que a Severus le gustaba el horden y que ella fuera puntual con su estudios dándole clases de posiciones y de cada metería cada día, Sirius era más libre, le encantaba jugar con ella al Quidditch y la animaba a jugar con el en su forma animaga.

Gracias a sus clases descubrió que quería estudiar Crituaras mágicas como también la herbología quería estudiar ambos mundo y Draco estaba muy feliz con ello pues eso significaba que no iría a estudiar para Auror.
Sus momento de visitas a los Malfoy eran casi frecuentes pues Narcissa tenía como tarea enséñale a comportarse como la heredera que era y eso la hizo también pasar tiempo con Lord Malfoy quien casi parecía juzgarla con la mirada.

Draco siempre la consolaba por eso y le decía que su padre aún sigue en duda con lo de su compromiso roto con los Parkinson pero gracias a la revuelta que había creado Pansy diciendo que ella ya tenía pareja rompió toda esperanza en volver a intentar con ese matrimonio.

Draco había elegido a Harriet y su madre respeto eso pero Lucius aún tenía sus dudas y apesar de él gran beneficio que traería Harriet como la señora Malfoy también sería un gran problema a su vez; la niña era un desastre andate para él (Sirius casi le entra a golpes cuando se me escapó eso una vez).

Pero bueno apesar de su bueno y malos momentos Harriet había llegado a la peor estampa de su vida; su celo.

Era el infierno, le dolía el cuerpo y sentía un mar en su parte íntima, estaba mojada y adolorida —Ah odio esto— gime —es pero que el periodo ummm— se retuerce entre las sábanas.

Sirius entra unos momentos y la mira angustiado cuando ella se empieza a envolver en sus mantas con desesperación así que solo salió de ahí directo a la oficina de su esposo.

—¿Como está?— pregunta Severus apenas vio entrar a su Omega.

Sirius suspira —mal y si no hago algo la va a pasar peor—

El pocionista se cruza de brazos —¿Y que tienes en mente?...— el Omega lo mira unos segundos para después volverse a la chimenea —Sirius espero que no estés planeado llamar a Draco para que venga a Ayudarla, sabes que son solo niños ellos- —

—lo se, okey— gruñe con fruntracion —se lo que es sentir tu primer celo sabiendo que tienes una pareja, yo sufrí un año entero hasta que te atreviste a iniciar una relación y así pude obtener ropa de tu parte con tranquilidad ¡Sin que James tuviera que robarla!— se queja.

Severus se muerte el labio inferior, siempre supo lo mal que la pasó Sirius en su año de Omega primeriso, vio mucho a James moviéndose de aquí para allá buscado algo que ayudará a su amigo sin que este tuviera que perder su virgo en el proceso. Sabía por Lily que este solo la dejaba a ella entra y ayudarle con sus medicamentos.

Él no era la excepción, su celo solo duraba un día pero era el peor día de su vida su sangre corría con fuerza, su respiración era acelerada y todos sus institos gritaban que se apareara, y solo había un omega que rondaba en su cabeza y ese era Sirius (Lily en muchas ocasiones tuvo que robarle ropa al omega para ayudara a Severus) pero todo cambió cuando empezo su cortejo después de eso ambos antes de que el otro empezara su celo se encargaban de llenar la habitación con su aroma y dejara grandes cantidades de ropa bañada en sus feormonas.

—necesito llamar a Narcissa y decirle que me mande ropa de Dra- —

Antes de poder terminar con el nombre la chimenea se encendió en un fuego verde del cual una elegante Narcissa salió, viendo a la mujer esta se veía muy preocupada —Sirius, Severus que bien que están aquí necesito que me den ropa de Harriet, mi hijo ha entrado en su rutina y...—

My Little Swan (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora