Manuel
No se si son sus ojos azulados, Su hermoso cabello castaño que le llega hasta la cintura, sus sexis y rojizos labios carnosos, su cuerpo perfectamente formado, su voz, su carisma, su forma de caminar, de hablar, de pensar. Pero ella, ella es perfecta.
Emma. Emma. Emma
Solo tengo mente para ti.
¿Que me hiciste?, ¿Me embrujaste?. No, claro que no. Pero entonces... ¿Qué?
Ay, Emma, hermosa Emma. ¿que puedo hacer para que te enamores de mí?
Solo bastaron un par de horas para enamorarme. Pero tomara una eternidad para olvidarme de ti, bella Emma.
Emma
Los rayos del sol entraba por mi ventana. El día era fresco y un poco nublado. Quise levantarme pero la cama me tenía atrapada, que rico dormir así. Mejor me quedo, al fin y al cabo, no tengo porqué levantarme después de lo de anoche, puedo estar acostada todo el día. No tenía mucho resaca por lo tragos ya que no tome tanto. Pero ahora recordando, el pobre Manuel si debe estar muy mal.
Me senté en la cama y vi la hora en mi celular, eran las... La 1pm! Pero parece de mañana.
Jamás había dormido tanto.
Me levanté, me di una ducha me lave los dientes y la cara. Me puse un vestido floreado que me llega por las rodillas, cepille mi cabello y salí a comer, moría de hambre.
Al llegar a la cocina vi a mi mamá entrar a la sala con su cartera en la mano buscando algo.
—Buenas tardes— dije mientras revisaba las ollas para ver qué olía tan bien.
—Ay, cariño, por fin despertaste— sonreí — Tengo que salir, volveré en unas dos horas. No hagas nada loco por favor.
—¿Te vas con ese hombre?—no quise sonar grosera pero creo que no funciono.
—Cariño, te prometo que es un buen hombre, además, dijiste que no te molestaba—se lo que dije, pero no sé si eran por lo tragos. Además aún no se quién es ni que intenciones tiene con mi mamá.
—¿Pero si saldrás con él?—insistí
Suspiró—si hija, pero también tengo que hacer algo de trabajo después. —la miré un poco desconfiada —tranquila hija —se acercó y me dio un beso en la mejilla — volveré pronto.
—Ma!—le grite antes de que saliera por la puerta—puedo salir a casa de Manu y Lily, ayer el estaba muy mal, quiero ver cómo amaneció—dudo y un poco y después asintió.—grascias ma.
Y con eso se fue.
Comí mi desayuno-almuerzo, Lave los platos sucios y me dirigí a la puerta para salir, tome mi teléfono y un abrigo, se notaba que haría frío.
No sé donde vivían Lily y Manuel pero puedo llamar a Lily y tal vez no me pierda.
Al abrir la puerta pegue un brinco en mi lugar y un pequeño grito salió de mi labios.
Leo estaba en mi puerta, ¿Estaba esperándome? Su semblante era serio pero seguía viéndose muy lindo.
—Ay profe, digo,... Leo—estaba nerviosa, no le había escrito por no vernos ayer.
—Vas a salir por lo visto—mierda.
—Emm si, iba a casa de algunos amigos— me vio de arriba a bajo y me alzó una ceja. Ahora que lo pienso, se ve muy grande, mucho más alto que yo.
—Vas con Manuel y Lily— ¿pero que? ¿Como sabía si no le dije a nadie? Ellos no pudieron decirle, mi mamá tampoco. Mi cara de confusión era notable y volvió hablar —¿Porque no me dijiste que saldrías con ellos? No tenías que mentirme, odio las mentiras.
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Mía
RandomMis ojos estaban rojos de tanto llorar y mi garganta me ardía demasiado, mi corazón latía a mil. Tenía miedo, mucho miedo. -Ven aquí - ordenó - No, por favor - dije casi audible. Ya no sabía que hacer para suplicar. - Si lo repito no te gustará beb...