Emma.El fin de semana se hizo largo mientras me quedaba en casa. Acostada en la cama pensé en sí realmente estaba exagerado con Leo o tenía razón en pensar que es un mentiroso.
La mañana del lunes me quedé pensando, si ir o no ir a clases.
Es algo extraño que Le.... El profesor Sthormes, Dios, no me acostumbro. Es raro que él nos de clases casi todos los días, y hoy es uno de ellos.
Mamá preparó mi desayuno y se fue a trabajar, desde que sale con ese hombre casi no tiene tiempo para mí, tampoco es algo que me afecta demasiado, desde que no vivo con mi padre a ella le ha tocado trabajar duro y por ende muy poco la veía.
Bajé las escaleras ya lista y arreglada para ir al colegio, llevaba un pantalón negro y una sudadera gris con un dibujo de los Minions que tanto me gusta.
Desayuné y salí de la casa. Estaba un poco oscuro por lo temprano que salí. Realmente no quería encontrarme con "El Señor Sthormes", Ya me iré acostumbrando.
Mientras caminaba me preparaba mentalmente para cuando esté allá y lo viera frente a frente, preparándome para no sentirme mal por aquella mujer que cayó en manos de ese hombre, por luchar conmigo misma y no recordar que casi caigo en más de una ocasión en sus redes y me hubiera convertido en una cualquiera, como había dicho Manuel. Vaya que tenía razón, no entiendo porque las personas se burlan de él y las mujeres en esta escuela de niñitos ricos y mimados lo desprecian sí es un muchacho agradable, lindo e inteligente.
Mientras caminaba sentí una fuerte sensación de algo, como si alguien me... estuviera siguiendo, viendo. Acelero el paso y veo para todos lados.
Siento que alguien me observa, me sigue. ¿Quién?A lo lejos puedo percatarme de un auto que viene no muy rápido, es más pareciera que no quisiera pasarme.
Mi temor aumenta al pensar mil cosas, camino lo más rápido que puedo y doy gracias a Dios que ya puedo ver las instalaciones de la institución no muy lejos. La mañana ya estaba comenzando a ser un poco más clara dejándome ver el auto con más facilidad. Era una camioneta negra con vidrios polarizados que me impedían ver la persona que iba manejando, no puedo deducir si he visto antes está camioneta pero se que no es de Lily porque sus autos son todos deportivos y muy costosos, no es Leo porque jamás lo he visto allí, pero si parece mucho a la de mi mamá, es una Chevrolet, lo sé, solo que la de mi mamá es azul marino, esta es negra.
Al llegar el auto solo dió vuelta a la manzana y se fue. Me pareció súper extraño. Pero no pensé demasiado cuando vi que más atrás venía el auto del profesor, ufff, menos mal llegue antes.
Me apresuré a entrar para no toparme con el, verle la cara después de lo que escuche sería como pedirle una explicación y ¿quien soy yo para hacerlo?
Para evitar su contacto entro sin detenerme al salón y allí me quedo, sentada y callada. El entra como de costumbre robandosé la atención de todas las chicas y la mala cara de los chicos. Típico de Sthormes, causar intriga, envidia, deseo y curiosidad al llegar a cualquier sitio, pasaba siempre cuando salíamos el y yo, lo que me encantaba era su exclusividad, las chicas lo buscaban como moscas a miel, pero el no les prestaba atención, siempre fui yo a quien siempre cuido y prefirió. Me cuesta trabajo creer que sea un idiota.
El dirigió sus ojos a mí dándome una sonrrisa discreta de saludo. Lo ignoré y saqué mis cuadernos ya que la clase había empezado.
Al transcurrir la clase pude notar como sabía mucho de este y otros países, su cultura, costumbres, claro que sí es profesor debe saber lo suficientemente para dar clases pero sabe incluso cosas que me parecen innecesarias.—De este tema quiero una monografía y sobre otros países un trabajo escrito. Para la próxima clase, este trabajo tendrá el 20% de su nota.
Este hombre está loco, su próxima clase es en dos días. Sí está de mal humor no debería pagarlo con nosotros.
Mis compañeros se vieron entre todos pero ninguno se atrevió a cuestionar su desición. Obvio.Al terminar la clase siempre soy una de las últimas en salir aunque en este caso quise ser la primera.
No pude.
Me detuve antes de salir por la puerta al escuchar esa voz masculina, gruesa y en ocasiones, seductora.
—Señorita Russell—Demonios —Quédese por favor, tome asiento.
Me gire en mi propio eje sin obedecer a su orden. No quise sentarme y mucho menos cerca de él. Tampoco vi la necesidad de quedarme, no le debo ningún trabajo, no estuve ausente a sus clases o interrumpí. ¿Qué querrá?
Al ver y asegurarse de que todos salieron se dirige nuevamente a mi con más confianza.
—¿No vas a sentarte? — Lo mire dudativa y opté por sentarme.
Lo miré esperando una respuesta por su parte, pero no pronunció ninguna palabra, solo tomó mi mano y la miró embobado como si fuera una cosa super delicada y frágil.
— Lamento lo ocurrido la otra noche, Emma, en serio lo siento.—sus ojos no me veían, estaban perdidos, miraban a la nada.
Sé que dice la verdad, sus palabras suenan sinceras y no tendría porque mentirme, la verdad es que tardó mucho en disculparse.
Pero es que...
Esa noche, esa estúpida noche.
Recordarla solo me hace sentir peor. Vaya que yo si esperaba más de él, ¿pero que podía esperar? No es como los libros que suelo leer, esta es la vida real y la realidad es una basura y hace basura tus sentimientos también.
—No importa, prefiero no hablar de eso. —dije de inmediato.
El me miró y asintió, seguramente piensa que aún estoy molesta, si supiera que sí, pero no exactamente por lo que cree.
—Acepta salir conmigo, a tomar un café o comer un helado, lo que tú quieras. Pero permíteme compensar lo que pasó.
¿Es serio cree que puede comprarme para que lo perdone? Se nota que El señor Sthormes no conoce a la señorita Russell.
—Lo siento, no es posible, tengo tarea—hice una pausa para ver su expresión la cual, claramente, fue de decepción. Lo que me gustó. — Además, no pueden verte conmigo en la calle, no es correcto, aunque sea mayor de edad sigo siendo tu alumna y eso puede traerte serios problemas.
Además, eres casado.
—Emma, poco o nada me importa lo que puedan o no decir, soy solo un suplente, si quieren despedirme que lo hagan. —Me tomó la mano con firmeza y sus ojos mostraban seguridad.
Este hombre en serio está loco. ¿Como puede ser capaz de aceptar perder su trabajo por mi? Será que ..... No, Emma no te hagas ilusiones.
En otro momento de mi vida esto serviría para convencerme y seguir con esta "amistad" pero ahora, lo dudo.
—Ya te dije que no puedo, me siento indispuesta para salir. —Dije sin ningún aprecio por sus palabras e incluso ignorando todo lo que dijo anteriormente.
¿A quien engañas Emma, tú quieres y no puedes evitarlo?
Aunque por dentro me moría de ganas por ceder a su delicado tacto, tenía que meterme en ese papel de actuación complicado y manipulador llamado, "hacerce la dura"
Leo se veía mal, estaba triste, eso se le notaba mucho.
—No soy de rogar Emma, y de eso tú misma te has dado cuenta, jamás me humillaría por nada... Pero por ti, insistiré las veces que sean necesarias.
En el fondo sabes que tiene razón
Hazle caso
Habla con el, seguramente tiene una buena explicación
Sacudí mi cabeza tratando de evitar esos pensamientos.
Tal vez hay una explicación para todo pero por ahora no quiero saber.
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Mía
RandomMis ojos estaban rojos de tanto llorar y mi garganta me ardía demasiado, mi corazón latía a mil. Tenía miedo, mucho miedo. -Ven aquí - ordenó - No, por favor - dije casi audible. Ya no sabía que hacer para suplicar. - Si lo repito no te gustará beb...