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ㅤTras todo ese enorme problema que supuso Crocodile y lo que quedaba de su organización secreta, Elizeth se encargó de que fuesen todos ellos llevados a palacio con la ayuda de guardias del rey. Ninguno de ellos puso objeción ninguna a pesar de que sabían que estaban en deuda con aquel peculiar grupo de piratas, sobretodo porque la mirada fiera de la más mayor del grupo logró aterrizar incluso al propio rey. No solo se preocupaba de su hijo, si no de aquellos jóvenes que tan bien la habían tratado desde el primer momento y que tanto cuidaban a su hijo, el cuál era muy dado a meterse en problemas como la madre.
ㅤFue la única que logró escapar de aquel infierno sin sufrir más de un par de roces. Ella lo achacaba a los años de experiencia, aunque ayudó bastante que su reputación hiciese hacer temblar a más de uno de los aliados de la Logia de arena.
ㅤElizeth se mantuvo en todo momento junto a la puerta de la enorme habitación en la que habían atendido a todos y ahora se encontraban durmiendo en camas de suaves sábanas blancas. Sentía que les debía cuidar de su descanso. Si había algo malo que tuviese la mujer era que siempre se maldecía por no hacer más de lo que ella misma podía, se culpaba por no haber ayudado más y que por ello aquellos chicos acabaran en tal estado.
ㅤObservó en silencio con la espalda apoyada en la pared junto a las grandes puertas y los brazos cruzados como todos dormían. Como Luffy roncaba a boca abierta, postrado como una estrella de mar llena de vendas sobre la cama y medio destapado, como Nami y Usopp parecían aferrarse a sus almohadas como si ellas fuesen a salvarles de cualquier mal, como Chopper parecía el más calmado durmiendo boca arriba y con la cabeza apoyada en la almohada y como Zoro y Sanji se habían movido mientras dormían acabando en cómicas posiciones mientras dormían profundamente. Una pequeña sonrisa estiró los labios de la castaña.
ㅤTodo había acabado, al menos por el momento, y se merecían ese descanso. Y, a pesar de ella también tener alguna venda que se había puesto por las quejas de su hijo a negarse a que lo trataran si ella no era tratada también, no quería dormir. Aún habían muchos fantasmas que la seguían, y en los sueños la acechaban. Aún podía manejar unas horas más en las que estuviese vigilando el descanso de la tripulación.


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ㅤA la mañana siguiente, mientras algunos se iban despertando de su largo reposo, la pirata había dejado su puesto vacío para ir a primera hora a buscar al rey, pidiéndole permiso para utilizar su Den Den Mushi. Con gusto la guió hasta su despacho, dejándola entrar primero antes de señalarle en un gesto amable el Den Den Mushi que descansaba en el escritorio. Momentos después la dejó a solas, queriendo mantener su intimidad fuese cuál fuese la llamada.
ㅤElizeth se sentó en el cómodo sillón de madera con forro en terciopelo rojo y alzó los pies al escritorio de una sola pieza de madera, alcanzando el intercomunicador del Den Den Mushi sabiendo a quién tenía en mente al llamar. Solo esperaba que no estuviese demasiado enfadado cuando respondiera.


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ㅤ Los ojos del pirata se abrieron ante el sonido de su Den Den Mushi. No sabía quién podía estar llamándolo, o siquiera quién se atrevería a hacerlo. Sólo había un par de respuestas razonables y no quería responder a ninguna, pero no le quedaba más remedio. Con un pequeño gruñido bajo se sentó al borde de aquella amplia cama que tan vacía se le antojaba y extendió su brazo alcanzando su comunicador para aceptar la llamada.

ㅤ“Dracule Mihawk al habla. Si eres Shanks voy a colgar, y si eres Garp voy a colgar también.”   Sentenció sin ánimos y con el ceño fruncido, dispuesto a hacerlo al momento.

ㅤ“Veo que cuando me alejo te vuelves de nuevo un gruñón.”  La voz al otro lado de la línea sonó divertida, y supo a ciencia cierta que estaba sonriendo sin verla.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐄𝐀 𝐖𝐈𝐓𝐂𝐇 |  𝗗𝗿𝗮𝗰𝘂𝗹𝗲 𝗠𝗶𝗵𝗮𝘄𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora