5 de septiembre de 2020
Yeri se metió al baño antes de bajar al vestíbulo del hotel para reunirse con los demás para cenar.
Necesitaba respirar y pensar bien las cosas.
El viaje improvisado que planificó con Eduard de momento había ido bien. Todo empezó en Whatsapp con una broma sobre sus ojos con un pigmento similar al mar de Cancún, él diciendo que nunca había estado ahí, y las ganas de ambos de volver a verse después de meses chateando.
Él invitó a unos amigos suyos, ella a otros, y todos se llevaron genial. Todos disfrutaban del clima semitropical.
—Todo bien —se repitió Yeri frente al espejo— Ni te atrevas a enamorarte perra —señaló su reflejo.
Pues ese era el único problema. No sabía cómo frenarse con Eduard, y mucho menos tras haber compartido ya unos cuantos besos.
Ella quería impedir que su corazón latiera tan rápido cada vez que sus miradas coincidían, y frenar la respuesta de su estómago ante sus besos así como el sudor de sus manos. Por suerte, ya había conseguido no temblar cuando estaba cerca de él.¿Y qué significaba todo esto? Que se gustaban estaba claro desde que empezaron a chatear y a hablar por llamada.
Al principio solo era porque Cry quería conocer esos detalles sobre el trabajo de modelo, pero a medida que pasaban los días, los mensajes entre ellos empezaron a ser constantes, y con las contestaciones rápidas y charlas nocturnas sobre la vida, demostraban que se agradaban y querían conocerse.Lo que no sabía Yeri era que a Cry desde un primer momento no le interesaba el trabajo de modelo. Solo le interesaba ella.
Se gustaban, pero ¿estaría mal enamorarse? Yeri solo quería proteger su precioso corazón, y Eduard era tan atento y lindo con ella, que ya no sabía qué pensar o si darle su corazón para que lo protegiera él.
—Solo somos dos jóvenes divirtiéndonos, claro, solo es eso —exhaló por última vez, sonrió y bajó para empezar la noche con sus amigos.
Pero la cena solo fue un sufrimiento para Yeri. Eduard decidió poner a prueba sus nervios con miradas y roces supuestamente no intencionados, en un principio.
Ya empezó a sospechar que fueron deliberados cuando la mano de pelinegro se quedó en la rodilla desnuda de ella.En ese momento no sabía si maldecir o agradecer el momento en el que decidió cambiarse el pantalón de lino por una falda a última hora.
—Yeri ¿Estás bien? —le preguntó Ángela al ver que la pelirroja tenía la mirada perdida y parecía tensa.
Nadie podía ver lo que Eduard hacía bajo la mesa debido a la forma redonda de ésta y el mantel que cubría gran parte.
—Si, solo... Con un poco de calor.
Cry, a su derecha, estaba teniendo una conversación animada con un amigo de Yeri, pero no pudo evitar desviar su atención para escuchar la respuesta de la que ya apodaba su chica.
Sonrió y se atrevió a darle un apretón a la rodilla de Yeri.La reacción inmediata de ella fue de total sorpresa. No pudo fingir normalidad tras dar un pequeño salto sobre su sitio y derramar el agua que estaba a punto de beber.
—¡Servilletas servilletas! —pidió Kenia que se sentaba en su lado izquierdo.
Yeri solo podía observar de reojo la sonrisa traviesa que tenía Eduard...
¿Así que a eso quería jugar? Pues iban a jugar.
La pelirroja decidió hacer del antro su campo de juego. Ahí no le resultó difícil provocar al ojiazul con sus caricias y movimientos con la excusa de que se movía al compás de la música.
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Lo que hay x aquí || Crymua
Fanfic*Historia Crymua inspirada en Lo que hay x aquí de Rels B* Olvidar a una persona a la que verdaderamente amaste es una de las cosas más difíciles que se puede hacer. Y más cuando te ves obligado a separarte de ella. "Que no la perdiera mamá me avisó...