Lo que hay x aquí || Crymua

7. Y yo como un tonto fue que la perdí

*Hace 8 meses*
Febrero - 2023

Cry volvió a Guadalajara lo más rápido que pudo nada más terminó su trabajo en Ciudad de México. Lo único que podía sentir era desesperación y ansiedad.

Yeri no le contestaba el teléfono y necesitaba urgentemente hablar con ella para explicarle lo sucedido.

Corrió a la casa que compartían y al no haber rastro de ella, la fue a buscar al hospital donde seguramente estaría acompañando a su amiga Mar.
Ya la había fallado no pudiéndole dar el apoyo que necesitaba tras lo sucedido con su amiga, y esto terminaba de joder las cosas.

—Silvio —clamó el nombre de su suegro cuando lo vio en la entrada del hospital. Cuando estuvieron cerca se dieron un fraternal abrazo—. ¿Que tal? ¿Como siguen?

—Hola mijo, pues salí a comprarle algo de comida a Yeri. Mar sigue en estado de shock y no habla con nadie.

—Ojalá detengan a ese cabrón —manifestó con la misma rabia que sintió hace 4 días cuando Yeri le contó sobre la violencia física que había sufrido su amiga Mar por parte del que proclamaba ser su novio, a tal gravedad que tuvo una contusión cerebral y desde entonces había estado en el hospital—. ¿Yeri está arriba?

—Si, pero no sé si ahora quiera verte güerito... Ella ya se sentía muy mal por lo de Mar y cuando vio el vídeo... No ha querido ni ir a casa.

—Tengo que hablar las cosas con ella, Silvio. Te juro que ha sido todo un malentendido.

Su todavía suegro resopló. Cry era el único que podía ayudar a su hija pero en ese momento no sabía si quizás iba a empeorar su estado. Aún así, apostó todo a lo mucho que se amaban los dos jóvenes.

—En la tercera planta, pasillo de la derecha al final —le informó Silvio. Ver ese video también le había decepcionado pero sabía que Cry era un hombre responsable y lo que más se merece su hija es una explicación a todo lo sucedido.

Cry susurró un "gracias" y con nervios entró al hospital a buscar a su novia. Siguió las indicaciones de Silvio y nada más salir del ascensor pudo reconocer la voz de Yeri. Al parecer, estaba discutiendo con alguien,  y preocupado, adelantó su paso para llegar ahí.

—¡No le pueden dejar pasar! ¡Es un criminal! —escuchaba a Yeri de lejos.

—¡Yo no permitiré la entrada de este desgraciado! —le apoyó la voz de una señora.

Yeri no podía sentirse más miserable e inútil en ese momento. El hombre que violentó a su amiga Mar estaba ahí en el hospital fingiendo estar preocupado por ella, sin sufrir ninguna repercusión tras su delito, y ni los policías ni los doctores parecían querer echarlo.

—¡Yo no hice nada! ¡No tienen pruebas de nada!

—¡Él debe estar en la cárcel! ¡Todos ustedes son unos corruptos! ¡Suéltenme! —fue cuando el pelinegro decidió correr hacia la voz de su chica sin importar que los de seguridad le llamaran la atención.

Cuando giró el último pasillo, Cry vio cómo Yeri era sujetada por dos agentes de seguridad. Inmediatamente corrió hacia ella para liberarla, quitando el agarre violento de los agentes de los brazos de Yeri.

—¡No la toquéis! —inmediatamente rodeó a Yeri para protegerla pero ella lo empujó, deshaciéndose también de su aprisionamiento.

—¡Tú tampoco me toques! —con el llanto desconsolado, se fue corriendo de ahí.

Cry inmediatamente fue detrás de ella.

—Yeri espérame.

Mientras bajaba las escaleras, la pelirroja sacó su teléfono y llamó a alguien, intentando ignorar a Eduard. No sentía que podría aguantar hablar con él.