𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘰 𝘭𝘶𝘤𝘦𝘳𝘰 -bonten

seremos felices♣︎

El sol asomándose da el inicio de un nuevo día, un nuevo día en Tokio.

En una habitación que a pesar de estar amaneciendo estaba a oscuras, se encontraban durmiendo dos personas.

—mmm..—soltó entre el sueño mikey al sentir que algo se movía.

Sin más siguió durmiendo pero otra vez algo se movía, así que sin más abrió con pereza los ojos.
El lado donde abrazaba al chico este ya no se encontraba, este parpario un par de veces.

—aún tengo sueño —murmuró para luego volver a cerrar los ojos.

Sin más volvió a tratar de dormir y digo tratar de dormir porque no pudo porque volvió a sentir como algo se movía.

—pero —abrió de nuevo los ojos mientras se levantaba un poco.

Al abrir los ojos se encontró con el pequeño niño mirándolo fijamente.

—ah?

—¡mani! —grito para luego lanzarse sobre mikey.

Este aún aturdido, ante el ataque la abrazo del pequeño se cayó quedando de nuevo en la cama.

Aun mikey se encontraba procesando lo que acababa de pasar, ayer aquel pequeño que lo abrazaba era un adolescente y ahora es un niño de nuevo.

—no debí haber aceptado aquel cóctel a sanzu...—murmuró.

—no se si me volví loco o drogo como sanzu —soltó Ran mirando como el pequeño estaba tranquilamente dormido en su camita.

—cierra la puerta del cuarto del niño y ven aquí —demando Takeomi.

—vale —sin más salió del cuarto del menor y se dirigió a donde estaban los demás.

—bien —soltó kokonoi al ver que ya estaban todos—es extraño que el pequeño de la nada ayer era un adolescente pero que ahora sea un niño —suspiro.

—todos nos fumamos la más fuerte que tiene sanzu —señaló con la cabeza al nombrado.

—deja de decir idioteces —bufó—yo no comparto mi droga —aclara.

—dejaremos el tema de la drogadicción de sanzu para luego —le resta importancia para seguir hablando del tema anterior—ya de por sí es raro que se halla vuelto adolescente de la noche a la mañana fue raro, es más rato que volviera a ser pequeño —finalizó.

—es cierto —asintió Kanji.

—también sucedió algo cuando el ___ adolescente estuvo aquí —dice Rindou llamando la atención de todos—ciertas personas que trabajan para nosotros desaparecieron como si la tierra se los hubiera comido —menciona.