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En estas fechas la ciudad de Japón estaba llena de nieve, por donde ibas podías ver la nieve caer. La capital de Japón, Tokio también estaba cubierto de nieve, ya que se encontraba nevando.
Y por la ventana un pequeño miraba maravillado como la nieve caía.
—¿qué haces pequeño? —pregunto Takeomi mientras se acercaba.
—nieve —murmuró el pequeño aún mirando la ventana—Take ¡nieve cae del cielo! —dice con emoción.
—nieve cae del cielo —repite soltando una risa nasal—¿te gusta mucho la nieve? —mira al niño.
—¡si! —asiente rápidamente—la nieve es bonita —le da una sonrisa al mayor mostrando los dientes.
—tu también eres bonito —acaricio la cabeza del niño.
Las mejillas del niño se pusieron roja, aparto la mirada del mayor y volvió a ver a la ventana ignorando la presencia del pelinegro.
Este soltó una carcajada haciendo que el pequeño se enojara.
—¡no te rías! —golpeo la pierna del mayor.
—p-perdón perdón—se seco la lágrima que le había salido de la risa— pero es que tu carita—se agachó para tomar las mejillas del niño.
El cual comenzó a quedarse y pedir que lo suelte.
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—al parecer no dejará de nevar —suelta Ran viendo la ventana.
—eso parece —suspiro su hermano.
—si el clima sigue así no podremos entregar la mercancía pesada —dijo con algo de frustración Kokonoi.
—eso no suena bien —frunció el ceño Ran.
—esta claro —pone los ojos en blanco su hermano—el armamento tiene que ser entregado hoy y la nieve no ayuda para nada —se cruza de brazos.
