Dos semanas salvaron, desde la última vez que avistó al enorme lobo negro en su territorio, y que su lado humano fuera empujado a la humedad de la hierba y tomado a la fuerza.
Todas las tardes salía a recorrer por el bosque, que quedaba lejos de la cabaña en la que su familia permanecía por las temporadas, cuando la Luna llena se acercaba. Y aun porque a sus hermanos mayores, no les gustara que saliera sin adjunto, aventurándose por las rutas de un hermoso terreno, que permitía que la niebla encerrara las copas de los árboles y humedeciera las flores y la hierba. A su lobo le gustaba jugar con los animalitos que brotaban de la tierra, le gustaba molestarlos, mientras nadie lo observará. ¿Qué van a decir de un enorme lobo albino jugando con las mariposas cristalinas del bosque? Se le caería la cara de la pena. Por eso no le gustaba que sus hermanos o alguien más le siguieran.
Pero en momentos, como lo que sucedió dos semanas atrás, a lo mejor, si hubiese deseado que uno de sus hermanos Alpha le vigilara. Sus padres no notaron el hedor de un lobo extranjero en su piel, y si lo hicieron, prefirieron desconocer. Conversaron sentados en la mesa y lo regañaron al volver a la cabaña, por la hora que daba el reloj, y le dieron su plato favorito a cenar. Aunque, no tuviera ganas de probar un bocado.
Sus cuatro y fuertes piernas lobunas recorrieron la distancia que había estado imprimiendo en los troncos en el bosque, no porque no supiera encontrar el regreso a su morada, sino porque había una intersección a la que no desearía reaparecer. Y desde luego, ofender un tramo que le pertenece a una manada diferente es una muerte segura para su lobo. El bosque es un inmenso terreno, pero así como su extensión influía en ser un país, los territorios de las manadas vecinas son muy importantes de respetar. Por esto, el hecho de que él anduviera dos árboles más de lo que no correspondería del territorio vecino, y tuviera una reunión menos impensada con un lobo extranjero, no le sorprendía para nada. Es más, el solo hecho de que el enorme lobo negro le indultara la vida, es algo que hasta su manada aceptaría y se mordería la lengua, su madre lo sermonearía a escondidas, y recompensarían al Alpha de la manada vecina, por lo que ha hecho por un miembro de su manada.
Y lo más probable, pactar una alianza entre sus figuras humanas.
Si es que todavía sigue vigente esa propuesta en los acuerdos.
Se detiene en la orilla de un arroyuelo, metiendo el hocico en la corriente de agua helada. Sus orejas moviéndose, alerta a los sonidos a la redonda. Desde que desapareció de la cabaña, no ha atrapado a ningún ciervo. Saciado, saca su hocico, escurriendo las gotas de agua en su pelaje, transitando de manera perezosa el camino de regreso al corazón del bosque.
De nuevo, la salida había sido tan sospechosa...
Pero no dio más de ocho pasos por el herbaje, cuando la cabeza de su lobo albino se volteó y gruñó. Mostrando sus incisivos al lobo negro que parece que lo persigue discretamente. Sus orejas se conmueven, y sus pupilas se contraen a la caída del anochecer, adaptándose, y observa que es el mismo lobo negro que lo ha sometido dos semanas atrás. El enorme lobo negro adopta una postura erecta, con la cola levantada al lado horizontal, esperando que su lobo agache su cabeza.
Idiota.
Su lobo albino, se sienta en sus dos patas traseras, levantando una de sus patas delanteras, lamiéndose e ignorando el hecho de que el enorme lobo negro, ha entrado a su espacio. Y que, justamente, ha sentido como la herida de su pata le punzaba. Cocinar durante la mañana y quemarse la palma de la mano, no era un buen pronóstico, y que su lobo lo estuviera sintiendo, en ese instante, era todavía malo.
Le dio una última lamida a su pata, cuando el lobo negro se abalanzó contra él, provocando que sus cuerpos lobunos dieran volcadas en la hierba. Podía, simplemente, morder alrededor del cuello al lobo negro, la parte más vulnerable de su animal, y terminar con todo este juego de adultos. Inconveniente, y de un segundo, sus cuerpos salvajes se transfiguraron a su apariencia humana. Y sus miradas se encontraron, desafiantes y de algo más...
Lo demás fue borroso. Su boca se mantuvo apretada, sin prorrumpir sonido alguno de placer. La discrepancia en este nuevo encuentro fue que sus piernas asediaron la cintura humana de aquel desconocido de cabello azabache y sintió que su rostro se sonrojaba por ello. Su espalda se llevó algunos raspones en este asunto lujurioso, y era de lo más... Inoportuno. Las embestidas del hombre son atroces, y parecía morderse los labios también, liberando solo pequeños gruñidos. Sentía como la carne en su interior era agitada por los perpetuos ataques, y que lo más afanoso de esto, es que permitiera que lo tomara de nuevo.
Miró el cielo despejado. No hay Luna llena...
¿Qué pasaría si un día lo olvida? ¿Por qué lo permite esta vez?
Y antes de que el asunto se volviera más ignominioso, y terminará dentro de él, lo empujó fuera de su cuerpo. Alejando el calor que ambos habían provocado. Ocurriendo lo mismo que la última vez.
Separándose.
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Gaggle. ɞ ApoMile.
Fanfic˗ˏˋ Las caminatas cambiaron desde aquel accidente. Las cosas se volvieron diferentes, la paz que había mantenido y la burbuja en la que vivía explotaron, mostrándole la realidad cruda en la que solo conocía por superficie. Y la...