Capítulo IX: Creciendo

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El partido de James llegó y con eso la luna llena, Remus realmente parecía a punto de caer, pero insistió en estar presente en el partido de James. Todos estaban preocupados y su estado solo confirmaba sus sospechas, pero nadie pudo mencionar nada porque James parecía estar a punto de un colapso aunque fingiera que estaba bien, pues Lily con su grupo de amigas había ido a ver el partido y era su oportunidad para mostrar su "genialidad", en palabras del miope.

Afortunadamente salió todo de maravilla, definitivamente su posición era de cazador y lo destacó rápidamente en el juego. Tan concentrado en el partido que no notaron que Remus se había ido, fueron a ver a James a los vestidores y aunque el de lentes se sintió mal por no poder celebrar su victoria a gusto sabía que debían confrontar a su amigo.

—Remus —habló suavemente, aunque de todas formas su amigo saltó del susto, estaba un poco apurado, ya iba a anochecer y él debía irse antes de eso.

—Chicos, disculpen, yo solo...

—¿Tu mamá de nuevo? —preguntó Peter claramente desanimado.

—Sí, ya saben, su salud. —Algo dentro de los instintos de Remus gritaban peligro y estar rodeado de sus amigos solo lo hacían sentirse más sofocados, ya pronto sería luna llena y eso solo alteraba sus sentidos.

—¿En serio? —con aquella pregunta salida de la boca del de lentes, Remus se quedó frío. Solo atinó a cerrar la mano y fingir.

—Si, ¿Qué más podría ser? —habló en un tono más temeroso.

—Remus, ¿Sabes que somos tus amigos? ¿no? —El nombrado sentía que sus oídos empezaban a retumbar—. Sabes que puedes confiar en nosotros.

—¿Por qué...?

—Por que pareciera que aun nos huyes, nosotros solo queremos ayudarte —habló el moreno de lentes tratando de acercarse para darle apoyo

—¿Ayudarme?

—¿Rems, eres un hombre lobo? —habló finalmente Sirius de forma directa.

—¿De qué están hablando? Eso es una locura —dice intentando salir de la habitación, pero es detenido por el brazo.

—Por favor Rems, ¿tan poca confianza nos tienes? —habló James de forma más alterada, pero esto solo hizo que el otro se soltara de forma brusca.

—Hey Jamie, cálmate —habló Sirius al ver que el otro frunció el ceño por el empujón, sabía que la adrenalina del partido lo tenía con las emociones sensibles.

—Remus, solo queremos ayudarte, somos tus amigos —habló Peter tímidamente y con miedo de que el otro se molestara con él también.

—Yo... yo no... —un nudo se empezaba a formar en la garganta del más alto del grupo.

—Rems —Sirius abrazó a su amigo fuertemente y esto fue suficiente para que sus lágrimas bajaran, solo se aferró al cuerpo del oji gris —está bien, vamos a apoyarte.

Después de un tiempo en el que solo se escuchaban los sollozos de Remus, decidió admitir todo, y contar la verdad. A los otros chicos solo le crecía la admiración hacia el Gryffindor que lideraba la escuela, por permitirle esta oportunidad a su amigo pese a su condición, pero así mismo de las normas que Remus debía seguir y la confidencialidad del asunto, por las obvias consecuencias que esto representaba para todos los involucrados. Y la oportunidad de tener una vida normal era algo que muy pocos hombres lobos se podían permitir.

Pese a la ascendencia animal de los subgéneros, los hombres lobos eran mal visto debido a las transformaciones física que padecían en luna llena, muy alejado a lo que eran un alfa quien a pesar de su fuerza no sufrían cambios mayores; y pese a que eran iguales de agresivos, la fuerza no humana que estos poseían terminaban en asesinatos brutales. Por ende eran perseguidos, en especiales aquellos hombres lobos que eran alfas, la brutalidad que tenían eran devastadora, en la antigüedad llegando a matar a familias enteras.

Esos ojos (Snirius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora