13. Attack on Hogsmeade

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El grupo bajo del carruaje una vez llegaron al pueblo, caminaban con total cautela hasta donde estarían los Lestrange y los demás mortifagos que estarían en esa especie de reunión.

-¿Estás segura de esto?

Regulus le pregunto a su esposa una vez se posicionó a su costado.

-No- la rubia lo observo por el rabillo del ojo- Pero Bellatrix me ordenó asistir y sabemos cómo es cuando no se hace lo que ella dice.

Regulus soltó una risa irónica, el más que nadie sabía cómo era su prima mayor, después de todo, era igual que su madre, una loca obsesionada con la pureza de la sangre y el estatus en el mundo.

-Solo recuerda, si algo pasa, corre a refugiarte y por nada del mundo te separes de Barty, por favor.

La rubia asintió con la cabeza, tomo la mano de Regulus antes de entrar al local, caminaron hasta el fondo, donde había una habitación donde estaban los seguidores del señor oscuro esperando al grupo de estudiantes, que pronto participarían oficialmente en las misiones que Voldemort les encomendaba.

-Tardaron demasiado- Rodolphus los veía serio- Siéntense.

Los chicos obedecieron, Rabastan cerro la puerta y lanzo un hechizo silenciador, así nadie afuera de la habitación escucharía sobre lo que hablaban.

-¿Para que nos citaron?

Alaric pregunto al ver qué todos los presentes eran los mortifagos con mayor rango dentro de la organización.

-El señor tenebroso nos ordenó atacar a los sangre sucias en Hogsmeade.

La rubia frunció el ceño, esto debía ser una broma ¿No?

-¿Y yo que tengo que ver en eso Bella?

La rubia observo a su hermana mientras está sonreía de una forma tétrica.

-El señor tenebroso quiere que te unas una vez salgas de Hogwarts...- la sonrisa retorcida que puso Bellatrix, hizo que Layla se estremesiera- Pero primero quiere comprobar tu lealtad hacia la causa.

La rubia frunció el ceño.

-¿Cómo?

Avery le entrego una carpeta con las fotos y los nombres de varios alumnos de Hogwarts.

-Todos ellos son sangre sucias- Regulus observo las hojas mientras la rubia las iba ojeando.

-No me voy a arriesgar a atacar a niños de once años.

Layla aventó la carpeta a la mesa mientras veía a su hermana sería, era una mala idea contradecir a Bellatrix, pero no quería sentirse obligada a atacar a unos niños inocentes.

-Solo cálmate, Layla- Rabastan se colocó atrás de ella tomándola por los hombros- Tu no los tendrás que atacarlos, solo tendrías que informarnos si recibieron el mensaje.

Layla giro un poco su cabeza para observar a Rabastan.

-¿Estás seguro de eso?- el castaño asintió con la cabeza- Bien- la rubia soltó un suspiro antes de alejarse del castaño y acercarse a Regulus.

-Entonces ya saben todo, ahora largo.

Bellatrix los observo con su mirada desquiciada mientras señalaba la puerta, los chicos salieron, ese día sería bastante pesado.














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Layla se sentía nerviosa, el simple hecho que su hermana mayor estuviera en aquel pueblo, y que estuviera acompañada de los mortifagos más peligrosos como lo eran Rodolphus y Rabastan, no ayudaba demasiado.

A Evan se le ocurrió la idea de que fueran por una cerveza de mantequilla, todos aceptaron, pero Layla estaba dudosa sobre si podría tomar una bebida así, dado su estado actual, así que ella prefirió pedirse un simple vaso con agua, algo ilógico para la clase de establecimiento en el que estaban.

-Casi es hora.

Barty menciono al percatarse sobre el pequeño cuervo de papel que acordaron, sería la señal para el ataque.

Los chicos se levantaron de la mesa, un poco disimulado, ya que todos salieron rápido deo local, quedando solos Barty y Layla.

La rubia saco unos galeones de oro, dejándolos en la mesa, para así poder pagar todas las bebidas que había consumido el grupo. Los dos jóvenes salieron del lugar e intentaron actuar como normalmente lo hacían, así no levantaría sospecha alguna.

Buscaban entre la gente a los niños de las fotos, la rubia no se sentía segura haciendo esto, tan solo eran unos niños de once y doce años, pero no podía correr el riesgo de contradecir órdenes, Bellatrix estaba en el pueblo y aunque ella no le tocaría un solo cabello, o eso creía, los demás mortifagos si lo harían, y por otro lado estaba Regulus, no lo pondría en peligro ya que lo considerarían un traidor por su culpa.

-Mira Layla- Barty señalo a un grupo de niños- Son esos los mocosos sangre sucia que buscan.

La rubia asintió con la cabeza al verlos, apretó un poco el brazo del chico a su lado, era tan claro que ella no quería hacer esto, pero no tenia opción alguna, y Barty no era ningu estupido, sabía los pensamientos que tenía la chica, pero también era conciente que ella era tan leal como lo podía ser Bellatrix, solo que de diferente forma.

-Solo enviaremos la ubicación de dónde están y nos iremos de aquí.

Barty sacudió un poco el cabello de la chica.

Se metieron en un callejón, cercas de donde estaban los sangre sucias, Barty configuro un hechizo, que solo sería visible para los mortifagos.

-Esta hecho.

Layla soltó un suspiro y acaricio su estómago. Poco después se escuchó una explosión cercas de donde estaban, los gritos de las personas se hicieron presentes.

-Hora de irnos.

Barty tomo su mano y salieron de su escondite, Layla observo todo el caos que comenzó a presentarse en el pequeño pueblo. Los mortifagos no los atacaban cada que se los topaban, pero Barty considero apropiado huir al castillos por el bosque una vez aparecieron los Aurores y la Orden del Fénix.

Lo último que pudo ver la rubia, fue a su primo Sirius, atacando a unos de los Lestrange, en un intento de defender a un niño.

 ᑌᑎᗯᗩᑎTᗴᗪ [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora