Loco por ella | Severus Snape y Juliet Howard

Pociones

Vuelta al presente...

Narra Juliet:

Primera clase de mi segundo año: pociones.. Era tarde, lo sabía, pero ese día estaba tan cansada que poco me importaba que el profesor Snape me gritara un par de cosas. Se suponía que debía estar nerviosa por ser el primer día, pero había dormido tan poco que los nervios habían desaparecido. Sin embargo, el sentido común no lo había perdido del todo, y por ello toqué con los nudillos la puerta, a sabiendas de que si no lo hacía probablemente estuviera cavando mi propia tumba. Sin embargo, nadie respondió desde el interior, aunque tampoco lo esperaba. Abrí la puerta, descubriendo ante mí alrededor de veinte cabezas mirándome fijamente, y un señor vestido de negro con cara de pocos amigos. Snape ya era estricto de por sí, pero me tenía manía... esperaba que este año fuera diferente.

-Siento llegar tarde, estaba un poco cansada y...

-No nos interesa su vida, señorita Howard. Ya tenemos suficiente con que llegue tarde como para estar escuchando datos sobre su asquerosa existencia. Haga el favor de sentarse y... cinco puntos menos para Ravenclaw.

Controlando mi enfado y mirándole fijamente a los ojos me coloqué al lado de Luna, que me miraba con cara de preocupación. No sabía por qué, ya estaba acostumbrada a su forma de ser pero... cada vez que me trataba de esa manera notaba punzadas en mi interior.

-¡Por Merlín! ¿Dónde te habías metido? -me preguntó Luna enseguida.

-Me quedé dormida -respondí secamente.

-Pues más te vale no volverlo a hacer... no te está mirando muy bien que digamos.

¿Me estaba mirando? Levanté la cabeza hacia su mesa, descubriendo que así era. Pues no, cara alegría precisamente no tenia pero... ¿A caso alguna vez la ha tenido? Al encontrarse sus ojos negros con los míos algo se revolvió en mi interior.

-Más le vale concentrarse y no distraerse con las moscas, señorita Howard, no le conviene que su casa pierda más puntos por su culpa.

Dios, sí que estaba molesto. Pero mucho más yo, que según él ahora ni podía levantar la cabeza.

-¿Qué hay que hacer? -le pregunté en voz baja a Luna.

-La poción que está escrita en la pizarra pero... -se detuvo, algo pasaba.

-¿Con que esas tenemos? ¿Hablando? Otros cinco puntos menos para Ravenclaw... parece que hoy se está luciendo, señorita.

ARGH. Asqueroso. Las mejillas se me pusieron rojas en cuestión de segundos. No podía aguantar más aquello.

-Pues hoy parece que usted también se luce quitando puntos a la gente, ¿verdad, profesor?

No quería decir eso. "¡Por Merlín! ¿Estás loca? ¿Quieres morir tan joven?" -pensé.

-No tolero que una simple estudiante me hable de esa forma. Retención dos horas al acabar la clase.

-Tengo otras clases, señor.

-Bueno, pues tendrá que faltar a ellas, ya me encargaré yo de solucionarlo.

-Como usted diga.

¿Dos horas? ¡El pirado era él! Me tenía que escapar, fuera como fuese. Entonces Luna me habló entre susurros.

-Juliet, no sé qué te tomaste antes de venir, pero te prometo que te has vuelto loca. ¿Estás segura de que no quieres ir a la enfermería?

-Basta de bromas, Luna. Ya tengo suficiente con aguantar a este dos horas más.

-Lo siento, pero tengo razón, y lo sabes.

-Lo sé, lo sé.

Narra Snape: