Enferma

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Narra Juliet:

Iba pensando en pociones cuando llegué mi sala común. Esta vez, el acertijo a resolver para entrar estaba muy fácil, por lo que al contrario que otras muchas veces no tuve que esperar a nadie (soy inteligente, sí, pero la lógica para resolver acertijos no es mi fuerte): "¿Qué ganas cuando pierdes?" "Experiencia" –había respondido tras unos segundos pensándolo, lo que hizo que ante mí apareciera la entrada. Tanto color azul comenzaba a estresarme... habría preferido escoger Slytherin solo por estar rodeada de verde, mi color favorito... y caerle un poco mejor a Snape. ¿¡Snape?! Por Merlín, otra vez en mi mente. Sacudí fuertemente la cabeza, mientras un chico pasaba por mi lado y me miraba extrañado. "Nada, no pasa nada" –le dije mientras se alejaba. De repente di media vuelta: tenía que visitar a Luna. "¡Qué mala amiga soy!" –me regañé mentalmente. No había aparecido por los pasillos en dos horas... ¿era solo un mareo? Había hecho todo ese recorrido para nada. Salí de la sala común y me dirigí hacia la enfermería. Corrí hacia su cama: estaba muy pálida (más de lo que ya era, incluso). Le cogí la mano y le di un beso en la mejilla.

-¿Qué tiene? –le pregunté a la enfermera

-Mucha fiebre, pero espero que con este remedio que le voy a dar se le pase. Tranquila, no es nada grave... por ahora.

-Pero ha sido de repente...

-Un tal Neville vino enfermo en el tren, y se pasó toda la primera noche aquí, en la enfermería. Se ve que ella se ha contagiado... yo que tú tendría cuidado.

-No me extrañaría si ya estuviera enferma, es más, en mí sería raro no ponerme mala –dije poniendo los ojos en blanco. ¿Y cuándo Luna había estado con Neville? Qué raro.

-¿Acostumbra usted a ello?

-Casi todos los meses, en eso sí que tengo un don –dije riendo.

Me despedí de Luna y le deseé que mejorara. A continuación, tras una pausa de diez minutos, me dirigí con dolor de cabeza a herbología, junto con el resto de la clase.

Días más tarde caí enferma. Deberían darme un título de adivina, lo había predicho con cerca de una semana de antelación. Me desmayé en mitad de la clase de pociones, mientras Snape explicaba el origen de unas cuantas plantas raras. La primera vez que me desmayaba. Era una torpe, ¿no podría haberme desvanecido en un pasillo? ¿en mi cuarto? Nooo, tenía que haber sido en pociones. Lo único que recordaba de la clase era un fuerte dolor de cabeza, caer al suelo y pasos corriendo hacia mí.

Poco después del incidente abrí los ojos: estaba en la enfermería, y el profesor Snape estaba hablando con la enfermera. Intenté sentarme, pero las fuerzas me fallaron. Todas las semanas una cosa diferente... Con todos los virus y cosas raras que había contraído debería escribir un libro... "Seguro que se vende muy rápido" –pensé. La gente se reiría de todas mis anécdotas. Comencé a escuchar la conversación... parecía ser que no se habían percatado de que estaba despierta.

-¿Qué le pasó?

-Nada, solo se desmayó en mitad de clase –gruñó Snape.

-¿No estaba enferma desde antes? –volvió a preguntar la enfermera.

-Y yo que sé, no me meto en la vida de mis alumnos.

-Vale, no hace falta que se ponga usted así. Yo si la había visto un poco delicada...

-¿Se recuperará?

-¿Primero se molesta porque se desmaye, y ahora actúa como si le preocupara? –dijo mirándome. Cerré los ojos, simulando que seguía inconsciente.

-No me preocupa, en absoluto –negó el profesor. Oí que se alejaba cuando la señora, a continuación de ponerme la mano en la frente, añadió:

-¡Está hirviendo! Será mejor que se quede un momento acompañándola, tengo que ir a buscar un paño de agua fría para ver si se le baja la fiebre, y un remedio que se me agotó ayer... qué raro, en pleno septiembre...

Loco por ella | Severus Snape y Juliet HowardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora