Capítulo Cinco

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Sebastián Dradas

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Sebastián Dradas

Verla en aquel vestido de baño rojo resaltando el color de su piel, aquel cabello húmedo que se adhería a su cuerpo tan exquisita atrayendo la vista de todos hacia ella y así vez viendo como cada gota que recorre su cuerpo de principio a fin deseando ser por lo menos una de las tantas que trae encima y admirar cada centímetro de su cuerpo como si fuese el cuadro más caro de un museo de arte, ella es como otra obra de arte tan sencilla pero llena de tantas alucinaciones que te enloquecen por completo.

—Te la estás comiendo con los ojos hermanito. —Mi hermana interrumpe cada una de las cosas que pasaba por mi mente de lo que podía hacerle a ella sin duda alguna.

—¿De qué hablas? — Tenía que hacerme el desentendido.

—No te hagas el idiota, sabes perfectamente de qué hablo.  

—Pues está buena no lo niego — admití frente a mi hermana.

—Solo no se te ocurra la idea de empezar a ser como Elías con ella porque te juro que te golpeó, y no bromeó.

—Sabes que no soy de andar jugando con las mujeres, solo que tengo mucho tiempo que no me interesa alguien que por lo mismo no hablaba con chicas, y llega ella cambiando tantas cosas que pasaban por mi mente que ahora no sé si querer seguir lo que mi mente me decía.

—¿Crees que te puede gustar? —ella pregunto pero no pude contestar, Fleur ya había llegado y yo le di un puesto en el asiento que ella tenía anteriormente y que yo me robé.

Ellas están frente a mi hablando sobre el hecho de que el novio de mi hermana sea un chicle, al parecer a Fleur le incomoda que siempre esté donde ellas están tal vez ella creía que podría pasar el tiempo con Laura sin tener a tantas personas a su alrededor y mi hermana no pensó en eso.

La entiendo tan bien, yo hasta me siento un poco inseguro con ella en casa solo por el hecho de no conocerla bien y de seguro ella debe sentirse así con los amigos de mi hermana.

—¿Y como voy a ir a casa? — ella le pregunto y yo solo escuchaba.

—Hay nena no te preocupes toma un taxi y diles la dirección de la casa.

—¿Adónde se supone que tú vas? Se supone que tú fuiste quien me trajo aquí, mejor me hubieses dejado en casa ¿No crees? Te pasaste con esta Laura. — Se podía ver el enfado en su rostro pero es totalmente comprensible.

Vi como ella recogió sus cosas y se fue de allí, pude ver el enojo en su cara y es que era cierto si tenía pensado al final dejarla sola no la hubiese sacado de la casa en primer lugar.

—Te pasaste está vez Laura, ella está de visita, no conoce a nadie y cualquiera puede hacerle algo sabes que así como muchos son amables también está el que espera un punto para hacerte algo.

Coloque mi camiseta y fui en busca de Fleur no podría dejar que ella se fuera sola , ni yo ni mi madre me lo perdonaría y menos si le llega a suceder algo. Cuando voy caminando veo que Gabriel llega junto con unos amigos de él y fue allí que me di cuenta porque Laura dejo sola a la francesa.

Al Otro Lado Del Mundo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora