Capítulo Nueve

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Fleur Lambert

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Fleur Lambert

Emociones que iluminan la mirada, el alma y hasta el cuerpo. Tristezas que transforman la mente y ni hablar de la felicidad que nos envuelve entre partículas como estrellas fugaces que rodean el cielo nocturno. Las circunstancias de la vida hace que nuestros pensamientos y emociones cambien dándole millones de vueltas en tu casa el resultado y respuesta de lo que rondaba en ella. Todo es diferente cuando dejamos el camino desviado hacia uno donde tú libertad va primero, cuando comienzas a ver el mundo de una forma diferente como si toda tu vida hubieses tenido una enorme ceguera que no te dejaba ver más allá de lo que tus narices te mostraban pero de repente comienzas a ver la luz.

¿Algún día aprenderé a volar? Mis propias alas se están formando poco a poco dejando extenderlas y brillar en el mundo de la libertad como bailarines expertos en la danza del rumbo de la vida. ¿Qué camino tomar? El que nos haga feliz y nos llene de felicidad, dejándonos ser nosotros mismos sin importar nada más, que nadie interfiera sobre tus propias decisiones. Se que a mí madre el haberme venido acá le hace feliz, sé qué así estaría ella; la conocía tanto que podía saber lo que pensaba incluso cuando no lo decía, debe tener la sonrisa más grande que haya visto en su rostro al verme disfrutar y compartir con esas personas que ella también consideraba su familia, sin duda la emoción no le cabría en tan bello rostro.

Siento ese calor en el pecho por aquel brillo, calor, amor, pasión y todo lo que un romance nos puede hacer sentir; todo esto gracias a que por fin decidí hacer lo en aquellos tiempos no hice. Dediqué a estar sola en toda mi juventud, estuve para mi madre siempre andando como gemelas unidas que olvide por completo lo que era el exterior. Creía que el mundo era como aquellos cuentos donde nada era peligroso, esos que nos contaban de niña, ahora nuestros cuentos tienen villanos que obstruyen la felicidad de otros, y ni hablar de todo lo que tienes que vivir cuando tus alas comienzan a aletear con ganas de conocer y explorar lo que no conoces. Terminas quebrado aún cuando conoces ¿Qué puedo esperar cuando desconozco? Sin duda podría destruir mi espíritu pero ¿Cómo lo mantengo firme? La verdad aunque trates de averiguarlo antes no podrás encontrar la respuesta hasta que eso suceda.

Nada como dejar que el tiempo se lleve esos momentos que no podrás recuperar pero que serán recordados con tanto amor que te olvidarás de lo que no hiciste cuando pudiste.

—Cariño — hice que Sebastián me mirara.

—Te escucho — contestó soltando un libro que estaba leyendo.

—¿Crees posible que nos vayamos juntos a Francia tiempo antes de tus clases?

—Que más quisiera, pero eso me haría pedirle dinero a mis papás y eso no es de mi agrado.

—Comprendo — me quedé unos minutos en silencio hasta que recordé mis ahorros y los que mi madre me dejó es decir que yo si tenía — ¿Y si yo te lo doy? —pregunté con nervios, lo que significaba morderme la piel de los labios.

Al Otro Lado Del Mundo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora