Capítulo 16

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La mañana llegó, Hannibal estaba listo para ir al trabajo, luego del duro trabajo que tuvo en la noche se sentía cansado; no pudo evitar sentir una mezcla de envidia y molestia cuando al despertar, vio a Will a su lado durmiendo plácidamente

No niega que luego de todas las peleas que hubo en la noche, era maravilloso tener a Will a su lado durmiendo y no fuera de la casa; como la pelea fue más allá de las cuatro de la mañana, ni siquiera tuvo la oportunidad de descansar cómodamente, Will se había dormido enojado, y temió que si se dormía, el hombre aprovecharía y se iría mientras él dormía. Prácticamente se la pasó en vigila

Decidió dejarlo, solo por hoy, para que aclarará su mente, tampoco quería despertarlo, y no era porque no quería romperle el a gusto sueño que tenía, si no, porque no quería que el demonio de Tasmania se levantará y volver al mismo ejercicio horrendo

Mientras llegaba al trabajo no puedo evitar pensar si fue correcto irse y dejar a Will solo en casa, no sabe si el hombre iba a desaparecer con toda su manada, aunque eso sería lo más sano que hiciera, sabe donde lo puede encontrar pero... ¿y si ésta vez se va a otra parte?, no solo éso, ¿y si hace alguna locura nuevamente, y ésta vez sería peor?

Mala hora en la que le hablo a la cajera

Hannibal no tuvo ningún inconveniente en su trabajo, cuando se ocupaba en cualquier cosa, olvidaba el problema, pero cuando terminaba, regresaba el sufrimiento. Le tocaba estar todo el día con ésa incertidumbre.

— Buenas tardes

— Buenas tardes. ¿Es usted el doctor, Hannibal Lecter?

— Soy yo, ¿en qué le ayudo?

— Tiene un pedido

— ¿Qué?, ¿un pedido?, no he hecho ningún pedido

— Bueno, aquí dice que se lo envía un tal Will Graham

Eso lo dejó sorprendido.

Eran algunos pastelitos y biscuits con una bebida, venía de la cafetería donde solían ir de vez en cuando

Hannibal tenía lugares específicos cuando comía afuera y una de ellas era ésa cafetería, sabía como preparaban las cosas, y hacían exactamente lo que él quería

Recibir el regalo le iluminó lo que quedaba del día, podía sentirse tranquilo, Will quizás lo mandó como una especie de perdón, era casi extraño que Will hiciera eso, pero sabía que había recapacitado. Estaba ansioso por volver a casa

Hannibal estaba atendiendo a su paciente, ya falta casi la media hora para terminar el turno y finalizar el día de trabajo 

— Bueno, si usted se permite, debería simplemente acabarlo, ni siquiera debería pensárselo mucho

— Pero doctor-

— Si deja que las cosas avance, va a terminar acabando con usted-

El teléfono de Hannibal sonó. Si no fuera porque sonó el tono especial que le tiene a Will. No se mosquea en contestar

— Deme un- —Hannibal se levantó—. Es importante —dijo sin más

Giró para acercarse a su escritorio y buscar su teléfono

— ¿Alo?

— Hannibal, yo... discúlpame, ¿estás ocupado?

— No Will, está bien, ¿qué necesitas?

— Sé que estás con algún paciente y lo diré rápido y disculpa, pero, ¿podías venir a buscarme en la cafetería Jaugh cuando salgas del trabajo?

La Odisea con un Omega en Embarazo /// HanniGramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora