XV

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¡Tonto!¡Sos un tonto! – Dije mientras daba golpes en su pecho. – ¿Cómo vas a desaparecer así? –Dije ya mirándolo. Sus manos estaban en mi cintura.

– Perdón... Te preocupe. – Dijo mientras me miraba, tierno.

Estábamos en la cafetería. La 141, König y yo. Los demás soldados se habían ido a la base. Nosotros quisimos quedarnos un rato más. Luego iríamos.
Me quedé abrazada bastante rato con König, reprochando sus acciones. ¿Todo esto fue por una mariposa? Me parece tierno, sí, pero también me preocupo mucho...
Unos minutos después decidimos volver. Estábamos todos en la Jeep. Ghost al lado de König, yo al lado de él también, Soap a mi lado, Gaz manejando y Price de copiloto. Todos íbamos bastante satisfechos de lo que había pasado hoy, ellos por su parte por qué pudieron encontrar a König, el Coronel por qué lo pudieron encontrar y volver y yo... Satisfecha de que estaba König de nuevo. Nunca más le sacaría un ojo de encima.

Por fin habíamos llegado a la base, ya todos habiamos bajado del todo terreno y nos adentramos al lugar. Todos recibieron a König. Aunque solo lo reconocieron por la altura, ya que no tenía su típica tela, tenía una balaclava de calavera. Le quedaba bien, no voy a mentir, pero es que... A él todo le queda bien.
Estaba yendo hacia las habitaciones con el austríaco. Iba a ir a la suya, ya que él la tiene solo para él, al ser Coronel, tenías comodidades.

König, anda a tu habitación, yo voy a buscar algo para que tomemos. – Dije mientras le tomaba del brazo.

Bueno, te espero. – Dijo y se agachó para darme un tierno besito. Le respondí con una sonrisa y fui a la cafetería.

Allí pedí dos tés con unas galletitas. Mientras estaba volviendo, Soap me cruzó.

¡Hey! _____, ¿Todo bien? – Dijo poniéndose a mi lado. Respondí que sí. – Te ayudo con una de esas. – Dijo y me sacó una de las tazas. – ¿A dónde vas? Te acompaño.

– Voy con König, a su habitación.

– Ohh bien, supongo que necesitan hablar.

– De hecho sí jaja.

Estuvimos charlando un rato hasta que llegamos a la habitación del Coronel. Ahí Soap me dió la taza faltante y se fue. Toque la puerta y entré.

Amor, traje té y un par de galletas. – Dije dejándolas en la pequeña mesita de luz.

– Está bien, me gusta. – Dijo sonriendo un poco. Lo notaba caído.

Al hacerlo fui y me senté a su lado, en la cama. Lo mire. – ¿Todo bien? – Le tome de una de sus mejillas.

Él me miró un poco triste. – Sí... Solo que me siento mal por dejarte preocupada tantas horas... Perdón.

Morí de amor, de ternura. Rápido me le tire encima, tumbandolo en la cama. Y lo abracé. – Ay que tonto... No tenes que pedir perdón. No pasa nada, fue un accidente... – Lo mire a los ojos y con mi dedo índice toque su nariz. – Pero que sea la última vez que pasa ¿Si? – Él asintió.

Prometo que no va a pasar más. – Dijo mientras miraba a mis ojos. Rápido su mirada se fue de ahí hasta mis pechos, que estaban aplastados contra su abdomen.

¡Hey! – Dije y puse mis manos cubriéndolas, riendo.

Él río también. – ¡Perdón! Jajaja.

Estuvimos los dos riendo por un rato, de a ratos yo le hacía cosquillas, él parecía convulsionar cuando lo hacía. No le gustaba, pero sus reacciones eran graciosas. Luego tomamos el té y estuvimos hablando, sobre nada en particular. Hasta que en un momento se me vino algo a la cabeza.

Hey...

– ¿Dime? – Dijo él dejando de hacer lo que estaba haciendo, tomar el té.

¿Y si tenemos un hijo?

König escupió todo lo que tenía en la boca, por suerte en la taza. – ¿¡QUÉ!? – Rápido empecé a reír. Llegó un momento en el que ya me dolían las mejillas de tanto hacerlo.

¡Ay dios! Jajajajaja, por dios... No creas que quiero un hijo humano, no no, por el momento no... Por el momento.

König suspiró, pero al segundo volvió su cara de preocupación. – ¿Por el momento? – Suspiro derrotado.

A lo que me refiero ahora... Es un gatito.

König se sorprendió, pero al micro segundo sonrió. – ¡Sí!¡Yo quiero!¡También quiero!

Rápido empezamos a discutir sobre ese tema. ¿En la base lo aceptarían?¿Nos dejarían tener uno? No estábamos del todo seguros...































– No.

– ¿¡Ehh!?¿Por qué no?

– Es una total responsabilidad, y ustedes dos tienen cosas por hacer, muchas cosas por hacer.

Los dos mirábamos al capitán enfrente de nosotros, cruzado de brazos. Por un lado tenía razón. Quizás algún día tendríamos que ir a una misión por mucho tiempo y el gatito estaría solo todo ese tiempo, sería triste, pero aún así me haría muchísima ilusión tener un pequeño acompañante. König lo noto, pero mucho no podía hacer, tampoco lo culpaba, para nada.
Rápido Price nos echo de su oficina. Estaba deprimida, y se notaba.

Hey... No pasa nada ¿Y si vamos a tomar algo? – Lo mire casi llorando, él se asusto. – ¡Ay no!¡No, no, no!¡No llores! – Fugazmente me abrazo. Por un momento sentí como casi aplastaba mis huesos, como siempre realmente.

Reí un poco, aún con lagrimitas. – Bueno, vamos. – Dije aceptado la anterior oferta de mi novio.

Seguidamente fuimos a arreglarnos un poco y luego por la camioneta. Luego salimos de la base, yendo a la ciudad, en busca de alguna cafetería. Al encontrarla nos sentamos y pedimos; Un café con leche para mí y un exprimido de naranja para König. Mientras charlabamos nos lo terminamos, igual nos quedamos ahí un rato más. Luego nos fuimos a pasear por la ciudad. Más tarde fue que volvimos. Estaba totalmente sudada, quería bañarme.

Necesito un baño. – Dije acalorada.

Puedes bañarte en mi habitación.

– ¿Seguro?¿No queres bañarte vos?

– Podemos ahorrar agua, bañándonos juntos. – Dijo mientras me abrazaba de la cintura. Me sonroje un poco. ¿De dónde había sacado eso?

Me parece bien, pero... ¿De dónde sacaste eso?

– ¿Eh?¿Que cosa?

– Esa frase, no es tuya.

– Ah... Bueno, de un vídeo...

Que tierno.

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𝐑𝐞𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 || 𝐊ö𝐧𝐢𝐠 ☆ (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora