Wild sun |GoYuu|

Capítulo 3: "Acción y objeción".

Cuando Itadori Yuuji llegó ante las puertas de la sala del trono, su primer pensamiento fue que las cosas eran muy diferentes por aquí.

En Prall nunca hubo tanto lujo, para ser más concisos, su abuelo nunca creyó en la necesidad de la extravagancia.

Itadori Wasuke siempre creyó que no había necesidad de presumir la riqueza; un reino prospero no muestra su grandeza a través de la opulencia de su rey, sino a través del bienestar de su reino.
La fuerza era necesaria, pero para mantener el paz, un aliado era más efectivo que una espada.

Bajo este pensamiento se construyó el reino de Prall.

Antes de que el continente de Labos se estabilizada con la ayuda de los tres grandes reinos, todo el continente se encontraba sumido en el caos.

Los reinos no estaban bien divididos y los conflictos no parecían tener fin, las facciones eran deshonestas y se traicionaban entre sí: el robo, el asesinato y la usurpación de tierras eran su pan de cada día.

Todos esto desencadenó una guerra gran entre los reinos mayores que duró casi cien años.

Hasta que se firmó el “acuerdo de los tres grandes reinos”.

Con este acuerdo, los reinos de los tres países principales del continente de Labos llegaron a un consenso, y así, se restauró la paz en el continente.

Cuando Yuuji esperó a ser presentado por el sirviente para saludar al rey, lo primero que lo recibió no fue el rostro del gobernante de Leska, sino el sonido de una discusión.

El sirviente parado frente a la puerta parecía nervioso, y tratando de contener el temblor en su voz le dijo:—“Su alteza, me temo que el rey ha recibido al príncipe heredero y parece que su… conversación se extenderá más de lo planeado, si es conveniente, ¿no preferiría esperar en sus aposentos?

Los gritos llegaban escandalosos y ensordecedores hasta sus oídos.

Al parecer el rey se encuentra algo ocupado…

Pero aun ante este pensamiento, Yuuji respondió:—“No te preocupes, he decidido esperar. Sería un desperdicio hacer el viaje dos veces, así que simplemente me quedaré a un lado y esperaré a que el rey termine.”— con una sonrisa cordial en su rostro, Yuuji trató de calmar al nervioso sirviente.

Sentado en los bancos del pasillo fuera de la sala, dispuesto a esperar, Yuuji sintió algo de aburrimiento, así que se dispuso en prestar atención a las voces dentro.

…Al parecer el príncipe heredero no se encontraba conforme con la idea de tener que acompañarlo. Yuuji estuvo de acuerdo en su negativa, él tampoco quería ser vigilado por ese príncipe, que, aunque haya intentado ocultarlo, no podía borrar la arrogancia y desprecio de su mirada.

Una pena, si Yuuji tuviera unos ojos tan hermosos como esos, nunca permitiría que estos lucieran tan desagradable, mirando a la gente de forma tan prepotente. Que desperdicio.

Al principio la discusión en la sala eran simplemente quejas, pero a medida que pasaba el tiempo, Yuuji pudo sentir que el discurso se iba haciendo cada vez más y más estridente.

Hasta que…

“¡No pienso perder mi valioso tiempo en jugar a la nana del pequeño bárbaro extranjero. Todos en Leska ya conocen bien que estos extranjeros son todos primitivos, tontos, toscos y vulgares!”

La fuerte voz del príncipe heredero resonó entre las paredes del lugar.

… Ese bastardo engreído no pudo haberse atrevido a decir eso.

La cara de Yuuji inmediatamente cambió; su expresión relajada se tensó, y su entrecejo se frunció levemente mientras cerraba los ojos, como en un intento de contener su temperamento.

¡¿Cómo se atrevió ese príncipe a osar insultar a su reino de forma tan flagrante?!, ¿Unos bárbaros vulgares?, ¿Así era como los veían en Leska?

¡Que montón de imbéciles arrogantes!

Cuando el silencio se hizo dentro de la sala, el castaño vio como el sirviente, que todo este tiempo pareció esperar avergonzado junto a la puerta, apresuró sus pasos para entrar en la sala del trono.

Unos segundos después, asomando su cabeza desde la apertura de la puerta, el joven sirviente le dijo sin mirarlo a los ojos:—“El rey lo recibirá ahora, príncipe”.

¡Ja!