|Observador| one-shot /Shisui Uchiha

Extra, próxima novela

— Y el chico la beso y ella recibió el beso. bla bla, colorín Colorado, el famoso cuanto a terminado.—

Encima de un faro; una silueta, a veces sólida, a veces transparente se burlaba del supuesto romance de la pareja. Aquella sombra cayó al piso, para luego empezar a caminar entre los civiles del pueblo de Konoha. Estos ciudadanos, parecían como si no se dieran cuenta de la presencia, continuando sus labores con normalidad.

Cerca de unos apartamentos, residencia de los shinobis. Esta sombra, paro su andar. Poco a poco su figura se volvía visible.

— Oh, Kakashi, quien iba a pensar que la segunda mujer a quien amabas se iba enamorar de otro tipo, ¡Tobi es feliz! ¡Muy feliz!—

La figura, bueno ahora Tobi, hizo un pequeño baile. Por la voz masculina se podía identificar su obvio género, llevaba una túnica negra, uniforme esclusivo de los miembros de Akatsuki. No se podía ver su rostro, ya que llevaba una máscara en forma de espiral anaranjada, pero el color de su cabello corto era negro.

—Obito deja de jugar, llevas viendo desde el principio el romance de esa pareja. Como si fuese una novela, deberías dejar de perder el tiempo.—

El reclamó provenía de una especie de figura humanoide, más parecida a una planta, mitad blanca y mitad negra.

La persona que se hacía llamar Tobi dejó de bailar, luego de unos segundos reanudó su baile. Su voz se transformó en una voz infantil quejosa. 

—Yo nosé quien es Obito, yo soy Tobi, Tobi.—

—Deja de jugar, Madara-sama te está buscando.—

Al escuchar aquellas palabras, fue como si un interruptor, se fuese activado. Su cuerpo se enderezó, la aura graciosa que lo rodeaba se transformó en una potente, casi sofocante.

— ¿Porque ese viejo, no se puede morir? Ya está todo decrépito y no muere.—

— ¡No hables así de Madara-Sama! Le diré como lo llamaste. Tu testificaras conmigo. ¿Verdad Zetsu Negro?—

La voz provino de la mitad blanca del hombre planta, sorprendenteme la otra sombra nombrada Zetsu Negro no le respondió y siguió mirando con seriedad a Tobi.

— Madara, te llama, no lo volveré a repetirlo.—

— Iré solo, no tienes porque apurarme. Déjame dar un nuevo final, a la última parte de mi novela, no me gusto el felices por siempre. ¿Debería, hacer que uno de los protagonistas de mi novela mueran?—

Un viento sopló la túnica de Tobi, dejando ver una pequeña parte de su cintura, piel blanca, realmente era pálida. Pero lo que verdaderamente llamaba la atención era una pequeña cadena de cuentas infantiles, como las de un niño, colgando de la pretina del pantalón. Como si se fuese percatado que se notaba algo, Tobi se cubrió de nuevo.