Con la llegada de la luz proviniente de la enorme bola de fuego en el cielo el sonido de un pequeño y extraño gruñido llegó a sus oídos —¿que es eso?— se pregunto al acercarse al agujero donde la dejo, cuando movió el caparazón que cubría el agujero volvió a escuchar el gruñido de la pequeña cría de peló blanco.
—¿que te pasa? ¿por qué estás haciendo eso?— dijo con un siseo mientras la sacaba con su cola.
Una vez más ése gruñido se hizo presenté siendo que ahora notó como su parte medio vibro un poco —su vientre gruñe... entonces tiene hambre ¿tal vez le pueda dar algo de comer antes de que la deje?— metiendola una vez más en el agujero volvió a caminar sobre el campo de flores siendo muy cuidadoso de no aplastar los pequeños hogares de las hadas, cuando logro salir del campo rápidamente corrió al interior del bosque logrando llegar a un tranquilo rio que provenía de una de las montañas nevadas.
—una tortuga pequeña o un pez... ¿la cría le bastará con eso?— pensó mientras bajaba de una empinada cuesta.
Cuando llegó a la orilla del río se irguió sobre sus patas traseras para poder mirar lo que parecía un tronco entre las rocas a uno metros de su posición —lagartija dura... entonces hay peces cerca— pensó al tumbarse sobre el barró y girar sobre el, cuando estuvo cubierto por completo levantó su cola sobre su cabeza y separado las puntas empezó a moverlas como gusanos sobre el agua. Los peces más pequeños que se acercaban a tratar de comer los supuestos gusanos sobre el agua eran espantados por un rápido movimiento de las puntas de su cola que hacia salpicar el agua, repitió ésto en varias ocasiones ya que esos peces eran demasiado pequeños —pez grande, chillona puede tardar en encontrar a su especie así que debe comer mucho— después de un tiempo los peces que aparecían eran más grandes y cuando llegaba uno grande era rápidamente atrapando por su cola y lanzado a su hocico.
—más pez... ya que estoy aquí también traeré para mi— se dijo así mismo al lanzarse otro pescado al ocio.
Trás un largo rato pescar en la orilla del río el lodo sobre su cuerpo empezó a secarse y en su hocico habían muchos peces —esto estará bien... ¿por qué la huelo?¿hay acaso una de su especie cerca?— poniéndose en dos patas empezó a olfatear a los animales en los alrededores, peces, tortugas, conejos, ciervos y aquel aroma de la cría que el había dejado en su madriguera —!!ella me siguió, pero si volví a tapar el agujero!!— cuando empezó a buscar a la cría puede ver cómo en una parte alejada la cría estaba arrodillada sobre una piedra tomando agua con sus pequeñas manitas, aunque el se dio cuenta rápidamente de dónde estaba no fue el único ya que el lagarto parecido a un gran tronco se había sumergido en el agua.
—!!CRÍA ESTÚPIDA, QUÍTATE DE AHÍ!!— rugió con ferocidad al tirar el pescado y correr en su dirección.
La pequeña cría calló sobre el agua al asustarse y justo en el instante que el enorme lagarto abrió sus mandíbulas para devorarla una gran sombra lo detuvo, grandes chapoteos fueron visibles mientras el gran lagarto giraba en el agua con un monstruo destrozando su cuello con sus garras, mordía su cabeza y giraba con el largarto que había atrapado una de sus patas delanteras —!!COMO LOS ODIÓ MALDITAS LAGARTIJAS!!— después de varios vueltas la presión en el cráneo del lagarto y las enormes garras que destrozaban su cuello terminaron con su vida, cuando el pudo liberar su extremidad de las mandíbulas del lagarto vió el cráneo de su inesperado rival notando como parte de esté había sido aplastado y tenía parte de su cerebro escurriendo.
—!!criatura estúpida, como puede ser que una cría sea tan impertinente!!— gruñó hacia la cría que estaba completamente empapada.
La cría que apenas se había levantado tomó un pequeño pez y intento ofrecérselo a el que la había salvado, aunque había logrado atrapar al pequeño pez esté se escapó de sus manos y brinco a su cara golpeandola y consiguiendo que está se cayera una vez más —esta claro... son criaturas estúpidas ¿también serán así los adultos de su especie?— molesto volvió al agua y tomó el cadáver del lagarto para arrastrarlo a la orilla —no fue al menos largartija azul... es muy molesta— tomó un poco más abajo del cuello al gran lagarto y empezó a arrastrarlo lejos del agua pues la sangré atraería a más de ellos, mientras lo arrastraba lentamente entre los árboles dejó de sentir a la pequeña cría que lo seguía y cuando miró hacia atrás la vió subida sobre el lomo del lagarto.
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el monstruo de la princesa (pausada)
FantasyEn lo profundo de las montañas existe un peculiar ser que protagoniza las pesadillas de los hombres, aquel ser estuvo atrapado en el bosque entre las montañas durante incontables noches de oscuridad hasta que un día una luz carmesí iluminó los cielo...