꒰ Final ꒱

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Un pequeño retortijón le hizo levantarse de un largo sueño. Al principio sintió dolor, pero como iba aumentando el tiempo, sintio mucho calor.

Su respiración se volvió entrecortada. Se envolvió entre las cobijas tratando de olvidar el dolor insoportable en su estomago, sin embargo necesitaba saciar algo, una sed, no sabía realmente que era, pero lo necesitaba.

Trató de levantarse y dirigirse fuera de su cuarto, pero cayó al frío suelo, sus piernas temblaban y su vista se volvía cada vez más borrosa. No podía hacer nada más, ya que sus padres se habían ido al supermercado y le dejaron durmiendo.

Puso sus manos en su vientre y trato de tranquilizarse para así no perder la cordura. Recordó algo muy importante que le dijo su padre y es que, algún día llegaría su celo, por lo cuál tendría una gran sed de excitación.

¿Entonces eso pasaba? en dos minutos su cuarto olía a vainilla y fresa.

No solo aquello, sentía algo viscoso en su trasero lo cual era demasiado incómodo, su ropa hacía fricción con su cuerpo haciendo que su calor fuera más intenso.

Ese olor solo era característico de un omega. Su padre le dió indicaciones de que hacer si llegase su primer celo imprevisto ya sea alfa u omega.

Se levantó como pudo y se dirigió lloroso al cuarto de sus padres, ya dentro, busco entre los cajones supresores.
Estaba muy desconcertado, pues el cuarto olía mucho a alfa, en si a su padre, menta. Un olor que antes era desconocido para él, pero ahora lo podía sentir tan fuerte y le tranquilizaba.

Al encontrar una cajita de pastillas en uno de los cajones, sacó una y la trago sin siquiera haber tomado agua.
Suspiró un poco y como pudo volvió a dirigirse a su cuarto para hacer lo siguiente; Darse una ducha.

Sacó su ropa de su cuerpo y tomó una toalla adentrandose al baño. Puso la bañera por dos minutos y cuando el agua llenó esta, entró rápidamente calmando un poco más el dolor sintiendose tranquilo.

Luego de aquello, puso una de sus pijamas favoritas, las cuales por efecto del celo, lo incomodaron. No obstante, a los minutos quedó profundamente sumergido en un sueño.

No tenía tiempo para pensar en algo que se volvería su pesadilla.

꒰ ♡︎ ꒱

─ Huele mucho a vainilla y fresa Jungwonie, ¿Acaso hisiste una tarta y no me dijiste? ─ dijo el alfa mientras se adentraba junto a su esposo a su hogar.

El omega le miró confundido y negó. ─ No, yo no hice nada, tal vez Sunnie sí. ─ un poco curioso dejó las bolsas de mandado en la cocina y subió las escaleras para fijarse que hacía su hijo.

Cuando por fin estuvo en el segundo piso, fue al cuarto de Sunoo y abrió lentamente la puerta, su movimiento fue detenido por un intenso olor a vainilla y fresa, que le dejó helado.

Jay venía detras de él y cuando pegó aquella ráfaga de viento con olores agradables, su lobo empezó a rasguñar en su interior.

─ J-Jay... ─ por fin adentrandose a la habitación de el más pequeño, le miraron dormido, moviendose de un lado a otro con sudor en su frente. Jungwon se aproximó a su hijo y tocó aquel lugar donde bajaba el sudor, rápidamente despego su mano sintiendo la intensa temperatura corporal del chico. ─ Esta en celo.

─  Lo se. Será mejor que te dejé aquí con él. ─ aunque por más que quisiera quedarse ahí para cuidar de su cachorro como tanto le pedía su lobo, sabía que el más indicado para cuidar de él en este momento era Jungwon.

El castaño no despego la vista de su hijo todo él día, realmente estaba preocupado por lo que vendría.

꒰ ♡︎ ꒱

En otra parte de la ciudad, dos personas sentían sus lobos grunir y rasguñar en su interior. Sentían un llamado el cual no comprendían, no sabían, pero sí sentían.

¿Fin?

Papá Park  ୨୧  jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora