One Shorts Douaka

Maestro

¿No les ha pasado que en alguna de sus escuelas algunos maestros cada que se juntaban se sentía tanta tensión en el ambiente que sólo se podía romper con un beso?

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Akaza cursaba su carrera para Maestro, únicamente le faltaba iniciar su servicio en una institución educativa, empezó a meter papeles esperando que le llamarán y el día por fin llegó.

Conseguir un puesto en una universidad verdaderamente prestigiosa siendo el maestro más joven del plantel lo que hacía que varios alumnos no lo tomaran en serio. O intentaran coquetear con él, Akaza se las arregló y en menos de una semana fue el profesor más querido de todas las aulas y empezó su amistad con varios de los profesores de dicho plantel después de una tranquila noche de copas.

Había cierto muchacho que estaba en boca de todos, un nuevo joven docente en el plantel, Douma. Akaza aún no tenía la dicha, o desgracia de conocerle. No se había presentado la primera semana de clases, o eso creía, al terminar las clases se dirigió al aula de maestros a juntar sus cosas para salir.

Un abrazo sobre sus hombros se hizo presente, rápidamente se alejó y volteó a ver a su acompañante, se el hacía extrañamente familiar.

-Eres lindo- Sonrió aquel chico, pero no una sonrisa de felicidad, si no más bien entre lujuriosa juguetona.

Akaza se perdió tanto en su sonrisa que no notó que aquel rubio estaba más cerca de él.

-Akaza, ¿no?-  El pelirosa asintió

Douma río. -Vengo por los horarios del semestre, supongo que te los dieron a ti, no estés tan nervioso-

-Claro- Akaza le dió la espalda al contrario y se agachó a tomar su maletín -Entonces tú eres Douma-

Douma tenía la mirada picada en el culo del pelirosado, se obligó a apartar la mirada cuando Akaza empezó a levantarse.

-No los traigo conmigo, mañana puedo buscarte y dártelo-

-Los necesito ahora-

-Vengo conmigo entonces- Suspiró Akaza para dirigirse a la parada de camiones, su coche estaba en mantenimiento entonces su única opción era el autobús, taxis...

-Espera Akaza-dono- Lo jaló del brazo y lo guió a su carro, Akaza no estaba totalmente interesado en el tema de los carros pero este era sumamente bonito, ¿marca? ¿modelo? No sabía, pero era lindo a la vista.

Douma le abrió la puerta y Akaza se sentó a admirar el carro por dentro.
Akaza dió las indicaciones para llegar a su departamento, era lindo, espacioso y muy ordenado. Rápidamente tomó el papeleo de Douma y se lo entrego.

-Nos vemos-

-No, vayamos a comer Akaza-dono- Akaza, con hambre y sin ganas de cocinar accedió sin peros.

Volvieron al carro y llegaron al departamento de Douma, ordenaron comida y esperaron en la barra. Ya siendo tarde noche

-Toma- Douma extendió un vaso escarchado con líquido azul.

-No gracias, no tomo.- Ya que era poco tolerante al alcohol prefería evitarlo, todas las veces que había tomado las había olvidado, sólo recordaba mínimos detalles y sólo porque se los recordaban. No podía recordar nada de su "tranquila" noche de copas.

-Nos tiene mucho alcohol, lo rebajé con suficiente refresco- Sonrió y le dió seguridad a Akaza.

-Uno y ya.- Lo tomó, al final de todo le gustaba el sabor del alcohol. Y si no era tanto no había problema.

Se empinó el vaso de dos tragos cuando la sensación de ardor de apoderó de ella, lo que había consumido era 90 alcohol, 10 refresco de toronja.

-¿Está bueno?- Douma sonrió satisfecho

Akaza asintió y tomó el vaso que sirvió Douma para sí, esta vez sí lo saboreó mejor.

Dos vasos de hicieron 4, de cuatro a 8, de 8 12... Akaza al pasar del 4 se habían esfumado por completo sus 5 sentidos.

Ahora estaba completamente acurrucado en brazos de Douma, ambos se sentaron en el sillón de la sala para ponerse más cómodos.

-También eres muy guapo- Dijo Akaza mientras sus dedos tocaban los labios de Douma.

Se acercaba de a poco a sus labios y los rozaba con los suyos, Douma se estaba descontrolando. Estaba aguantando muy bien, primero él fue el que quiso seducirlo y tenerlo a su Merced, pero las cosas resultaron diferentes. De pronto se recordó de la noche pasada junto a los demás profesores. Notó que Akaza ya estaba borracho con apenas 2 copas, por eso no hablaba y se tambaleaba mucho, así que se ofreció a llevarlo a su casa. En el trayecto obviamente hubo varios besos, varios roces pero no pasó más. Sólo lo dejó impaciente y frustrado, la llegar a su departamento obviamente se desquitó.

Akaza lo estaba besando, de sus labios a su oreja, su mejilla a su cuello, desabrochó su camisa y dejó uno en su pecho.

Estaba duro, no se había dado cuenta hasta que Akaza se sentó encima. Me perdí en sus ojos ámbar, se veía tan tranquilo y risueño, sonrojado, era muy lindo.

-Deja ayudarte con eso, a cambio me dejaras dormir-

Douma jaló a Akaza hasta dejarlo cara con su pene.

Akaza desabrochó su pantalón para bajarlo un poco y dejar su extensión al aire, lamió de la punta a la base para enterrarlo después por completo en su garganta.

Douma cerró los ojos fascinado.

Pasados unos momentos Akaza sintió su boca llena. Se separó mirando lujurioso al contrario, Douma le leyó el pensamiento, lo sentó al lado de él, le quitó sus ropas...

Lo último que recordó Akaza fue la intromisión de dedos más placentera de su vida.

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A la semana siguiente en la universidad Akaza se encontraba dando su clase con tranquilidad cuando fue interrumpido por Douma, venía a entregar los proyectos de su clase. Claramente todos los presentes notaron los sonrojos de parte de los docentes y el dichoso "iiiih" d hizo presente.
-Nos solicitan en la oficina-

Akaza se despidió de los alumnos y lo siguió, ambos salieron de aquel aula y caminaron por el extenso pasillo evitando comerse a besos ahí mismo.

Douma arrastró a Akaza al aula de maestros la cual a estas horas de encontraba vacía, acorraló al pelirosa y empezaron lo que tanto deseaban.

Sintió algo rozando su cadera.

-¿Esto es alguna regla? ¿O simplemente estás feliz de verme?

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