Obstinada

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Entiéndelo,

que nuestras raíces nacieron separadas, que si nuestras ramas se tocaron fue por pura casualidad, pura suerte, tal vez.

Que nuestros caminos nos conducen a lugares diferentes... lugares distantes donde yo estoy lejos de ti y tú estás lejos de mí.

Que por más que el amor nos habite y nos desborde no nacimos para estar, porque nadie está destinado a ser y a veces (aunque parezca absurdo) ni si quiera el amor es suficiente...

Esos cuentos sobre el futuro, el hilo rojo del destino y dos almas que estarán unidas para siempre fueron inventados por personas rotas como nosotras para tener un poco de fe... pero la realidad es que no estamos predestinas a ser la una con la otra. La realidad es que entre más insistamos en sostener nuestras manos, más sangraremos, más nos romperemos con nuestras propias espinas.

A mí me bastaron 300 mil segundos para entender que mi molde no encajaba con el tuyo y aún estoy en el proceso de dejarte ir...

Quería enseñarte a volar, pero entendí que, si lo hacía, el daño sería irreversible porque cuando no pudiera volar contigo no sabrías tal vez cómo aterrizar.

Así que decido dejarte libre entendiendo que dejarte libre es la mayor muestra del amor que te tengo... Dejarte libre es en definitiva permitirte arreglar tus alas sola y que tú misma encuentres la manera de aterrizar, que elijas tú el destino, y si es necesario, te pierdas mil veces para que al final logres encontrarte.

Qué no hubiera dado yo por curarte las heridas que te dejaron los 101 vuelos fallidos, pero nada habría hecho con curarte porque curándote me hubiera convertido en tu cielo ¿y sobre qué cielo volarías cuando yo tuviera que irme y tú tuvieras que quedarte o viceversa?

Lo último que quiero decirte, amor, es que este adiós me duele tanto como a ti, que mis raíces intentan encontrarse con las tuyas para aferrarse a ti, que mis alas imitan tu vuelo a ver si me encuentro tu manada, pero en ese intento me regreso para dejarte libre porque no hay mayor muestra de amor que el dejarte volar sola.

Cuida de tus alas para que con ellas andes (vueles) todos los caminos y cuando veas un pequeño pájaro colorido recuerda que así era yo ... pero no pares, solo sonríe y continua tu vuelo, amor...

Mil arcoíris adornarán tu cielo. Te tienes a ti y a tus alas. 

Todas las ausencias que me habitaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora