Es una pesadilla.
Cuando todo lo que te rodea está en constante caída... Vegas no sabía dónde terminaba el suelo y donde comenzaba el cielo, no sabía dónde estaban sus pies y donde llegaban sus brazos. Su mente estaba confusa, su garganta estaba seca.
Solo estaba seguro de una cosa en ese momento, en ese lugar.
Tropezó dentro su propia casa, su mente estancada con pensamientos que creía que había dejado de lado. Pete. Había dejado a un lado el pensamiento de Pete durante tantas semanas, pero había regresado, revelando cada uno de los miedos de Vegas tenía tan bien escondidos.
Eres patético, Vegas.
- Ah, Vegas. Has vuelto. - Se escuchó una voz y apenas miró hacia arriba, vio a Malee, bajando los escalones. Llevaba una bata larga y roja. - El terapeuta me sugirió hacer algunas actividades tranquilas, así que estoy tejiendo esto- dijo, con una sonrisa en su rostro mientras sostenía un pequeño suéter rojo, con la aguja de tejer todavía puesta. - ¿No es adorable? Se verá tan hermoso en nuestro hijo--
Malee se congeló en medio de sus palabras. Vegas tenía lágrimas corriendo por su rostro. Sus ojos se agrandaron. - ¿Vegas? ¿Qué pasa? - Preguntó ella, acercándose a él. Pero antes de que pudiera hacer un movimiento, Vegas se tambaleó hacia adelante y se derrumbó sobre ella, cayendo en sus brazos, escondiendo su rostro en su cuello.
Malee se sorprendió, pero lo rodeó con sus brazos. – Vegas - dijo gentilmente. Ya no podía ser dura con él, no podía ser tan dura como solía hacerlo. Tener un hijo era el pretexto perfecto para librarse de su yo pasado y de sus vicios. Siempre recordaba a su propia madre, lo amable que era, lo gentil y cariñosa. Como Malee había sido tan ingrata con su amor. No podía hacer lo mismo con Vegas.
- Lo-lo siento - soltó Vegas débilmente, y ella negó con la cabeza.
- ¿Por qué estás-? No, está bien Vegas, no seas así- Malee dijo, sus manos tomando el cabello de Vegas. - No llores-.
- Malee- dijo Vegas débilmente, y ella lo hizo callar. - Tu trabajo es difícil, lo sé. -
- Malee-- Vegas intentó de nuevo, abrazándola con más fuerza.
- No tienes que preocuparte por el embarazo. Estoy perfectamente bien ahora. Sé que he estado bastante enferma los últimos dias--
- Lo-amo, Malee- exhaló Vegas. Malee se quedó helada.
Vegas comenzó a sollozar sobre su cuello. Malee se quedó allí, en medio de su vestíbulo, todavía abrazándolo. - Estoy-estoy enamorado de él- gritó Vegas, tan débil que apenas lo escuchó. - Lo siento. Lo s-lo siento. -
Malee se alejó de Vegas para mirarlo. - ¿Qué? - Preguntó, su voz atascada en su garganta.
Vegas miró hacia otro lado, con los ojos llenos de lágrimas. - Estoy locamente enamorado de él. Sé que es malo, lo sé. Aun así, no pude evitarlo. T-todos los días, finjo como si no lo estuviera- no estuviera enamorado. Sin embargo, yo - Vegas la miró, culpable. - Lo siento. -
- ¿Estás enamorado de él? - Preguntó Malee.
- Lo siento - Vegas no dijo algo más. Estaba esperando... Esperando ese ataque de rabia, la ira, la dura bofetada en su rostro.
Pero no consiguió nada. Malee solo asintió, mirando hacia otro lado. - Me iré a la cama. - Susurró, dándose la vuelta.
- Malee - comenzó a decir Vegas, acercándose a ella. - Esto no cambia nada. No te dejaré, no dejaré al niño-.
- Sé que no lo harás. Lo sé- dijo, sin aliento, con los ojos brillantes por las lágrimas. - Y sé que lo amas. No sé qué pasará con nosotros, Vegas. Todos estamos atrapados en este caos, todos. Tú, yo, él, Lawan. Estamos atrapados aquí sin salida. No hay final feliz para ninguno de nosotros. - Finalizó, y luego se apresuró a regresar al dormitorio, cerrando la puerta.
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SOMEBODY TO LOVE || VEGASPETE
FanfictionEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Vegas o Pete hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el destino e...