Capítulo 28

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Dicen que el amor es la fuerza más poderosa del universo.

Dicen que puede unir a dos seres como nadie y nada más. Dicen que puede hacer que alguien cruce hasta llegar al otro lado del mundo. El amor vuelve loca a la gente, la hace llorar, la hace sonreír. El amor puede ser entre una pareja de esposos amorosos, una madre y su hijo, una niña pequeña y su mejor amiga.

Dicen que el amor no tiene límites.

Pero, ¿No fueron ellos quienes le pusieron límites al amor?

Pete ya se había ido cuando Vegas despertó, temprano en la mañana. Sintió el vacío a su lado, el vacío del otro lado de la cama. Se sentó en un instante, sintiendo una inmensa tristeza, y caminó hacia la ventana, solo para ver a Pete caminando por el camino hacia su casa.

- ¡Pete! - Vegas llamó desde la ventana en voz alta. Pete se detuvo en el camino y se volvió para mirar a Vegas, quien sintió su corazón detenerse por un segundo. El chico todavía tenía moretones en la cara.

Pete le dio a Vegas una mirada amable, pero Vegas sabía lo que significaba, a pesar de que no dijo ninguna palabra, sus ojos transmitían bastante: que no podrían volver a estar juntos así. Y Vegas casi sintió un enigma, porque ¿cómo podía Pete ser tan... generoso?

Cada vez que Vegas se sentía herido, iba corriendo a Pete. Y cada vez, por mucho que Pete supiera que saldría lastimado, lo recibió con los brazos abiertos. Lo abrazó por la noche y le dijo que todo estaría bien. El mismo Pete le dijo a Vegas que su hijo era más importante que nadie. Todo eso estando enamorado de él.

Pero ahora mismo, después de estar tan lastimado y tener la semana más horrible, Pete se escapó a las 6 de la mañana a su casa para no lastimar a... ¿A Malee, tal vez? ¿Cómo podía ser tan desinteresado, tan generoso? ¿Poner siempre la felicidad de Vegas por encima de la suya? ¿Era eso lo que realmente es el amor?

Pete no merecía nada más que felicidad, y Vegas no sabía cómo dársela.

Se metió a ducharse con agua tibia durante un buen rato, pensando, la fuerte presión del agua contra su piel lo hizo mirar al futuro, lo solitario que parecía sin Pete en él.

Pete era la puerta del cielo hacia la que Vegas seguía corriendo, era fue un pequeño escape al paraíso, era un ángel enviado desde el cielo para curar y amar a Vegas... Como desearía poder ser lo mismo para Pete.

Con Pete, Vegas se sentía como Lázaro.

Después de la ducha, salió sintiéndose decepcionado. Quería pasar el día solo con Pete y nadie más. Entró a la cocina y encontró a Malee, preparando el desayuno.

- Buenos días- dijo ella. - Te despertaste bastante temprano-

- Sí. Gracias por preparar el desayuno. - Vegas dijo, extrañamente formal. Caminó hacia Malee y le dio un rápido beso en la mejilla, el cual se sintió forzado. - ¿Sabes por qué se fue Pete? - Preguntó Vegas.

- Lo vi escabullirse mientras yo bajaba. Le pedí que se quedara a desayunar, pero me dijo que se había quedado más tiempo en su visita- Malee se rió entre dientes y luego miró a Vegas. - Es uno de los hombres más agradables que he conocido. Ojalá todos los hombres fueran como él- .

- ¿Cómo? ¿Gay? –

- Si.-

Vegas se rió entre dientes. - Entonces no tendrías a nadie para ti. -

- Creo que he superado a los hombres, ya no me gustan tanto como antes. Tenía un... extraño deseo por los hombres, pero meh. Creo que era algo dentro de mí que me hacía ponerme por delante de los hombres para tenerlos debajo de mí, pero ya no siento la necesidad de hacer eso. Ahora me siento más segura de mí misma como mujer- dijo Malee con una sonrisa, tomando un plato lleno de huevos y salchichas y llevándolo fuera del comedor. Vegas caminó tras ella.

SOMEBODY TO LOVE || VEGASPETEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora