- Buenos días - dijo una voz suave y cálida, despertando a Vegas de su sombrío sueño. Vegas parpadeó para adaptarse a la luz del sol que entraba por las altas ventanas de cristal, debido a que las cortinas de terciopelo estaban abiertas y el verano finalmente había llegado a Londres.
Vegas vio a Pete sosteniendo una bandeja con dos tazas de té. Lo vio sonreír y sentarse en la cama a su lado. - Te hice un poco de té, amor- dijo Pete gentilmente, llevando su mano hacia adelante para pasar sus dedos por el cabello dorado de Vegas. - ¿Cómo estás? -
- He estado mejor- respondió Vegas aturdido, sentándose. Pete le dio un casto beso en la mejilla, pero el recuerdo de su despedida lo golpeó como un rayo y le hizo alejarse en un instante.
Vegas tomó la taza de té, pero Pete notó como sus delgados dedos temblaban. Puso sus manos sobre las de Vegas. - Estás temblando. -
- Hace f-frio- admitió y Pete inclinó la cabeza porque de hecho el clima era cada vez más cálido conforme pasaban los días, así que puso su mano contra la mejilla de Vegas.
- Tienes la piel caliente... Creo que tienes fiebre. - Suspiró dejando la bandeja y levantándose de la cama.
- Pete- Dijo Vegas, tragando saliva - No te preocupes por mí, amor. Por favor. Estoy bien. Has-has hecho suficiente...-
- Solo te traeré un poco de miel para tu té - comenzó a decir Pete, pero Vegas negó con la cabeza.
- No lo hagas, siéntate a mi lado. Tu presencia es un remedio suficiente. Vegas dijo débilmente. Pete se acercó al hombre mayor y se sentó nuevamente a su lado, acercando la taza de té a la boca de Vegas, quien miró hacia otro lado, tomando algunos sorbos.
- Soy patético-. Vegas murmuró. - Ni siquiera puedo sostener mi propia cabeza-.
- Por supuesto que puedes, solo estás enfermo. Probablemente sea por los cambios de clima-. Dijo Pete. O el hecho de que te has excedido en tu forma de beber, pensó Pete, pero no dijo nada.
- Siempre me cuidas- dijo Vegas. - Eres demasiado gentil-.
- Eso suele suceder cuando estás enamorado de alguien. Desinterés. Es tanto un defecto como una cualidad- Pete se rio entre dientes, y sus mejillas se volvieron rojas cuando Vegas le sonrió con cariño.
- Enamorado de alguien - susurró Vegas. Pete tomó su taza de té y tomó algunos sorbos. - Eso es tan extraño-.
- No te burles de mí, es tan humillante estar enamorado. - Pete dijo chasqueando la lengua y dejando la taza. - Te libera o te ata. O en mi caso, hace ambas cosas-.
Terminaron de beber el té, hablando en voz baja. Pete se levantó para dejar la bandeja en la cocina y preparar el desayuno para los dos. No sabía si Malee volvería pronto, pero considerando su actitud antes de irse, Pete lo dudaba mucho.
- Te prepararé el desayuno. Quédate acostado, no estás en condiciones de ir a trabajar hoy. - Pete le dijo en voz baja, dándole una sonrisa a Vegas cuando lo vio suspirar.
- No me gusta que me cuiden-
- Oh, cállate. - Pete le besó la sien. - Tú también lo harías por mí, ¿No es así?
- Está bien, supongo que sí.-
Pete bajó para dejar las tazas de té y la bandeja en el fregadero, antes de ponerse a trabajar en el desayuno. Cocinó unos huevos, tarareando una melodía para sí mismo que debía cantar en el club esa noche. ¿Debería ir? Vegas podría necesitarlo.
Pero estar lejos del club y no actuar durante tanto tiempo hizo que su corazón lo anhelara. Se había acostumbrado a Moonflower, se había acostumbrado a esa otra vida. No sabía cuánto tiempo duraría, pero actualmente, la idea de dejar esa vida no le gustaba.
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SOMEBODY TO LOVE || VEGASPETE
Fiksi PenggemarEnamorarse de un hombre durante los años 50 nunca fue algo que Vegas o Pete hubieran imaginado. Especialmente cuando ambos estaban casados con sus hermosas esposas. O la historia de dos amantes que nunca fueron el uno para el otro, pero el destino e...