El Elegido

PARTE 1: Capítulo 1.6

 Jacob sigue caminando por pura inercia; el frío congeló sus ideas, sus piernas duelen de tanta fuerza que hacen sus músculos al temblar por el frío. Lo único que hace es caminar detrás de Próvat, esperando a llegar a algún refugio. Ya no puede preguntar si ya llegaron, no tiene fuerzas para hablar, solo para caminar.

- ¿Jacob? ¿Estás bien? – Jacob sigue caminando, pero no contesta. Próvat voltea a verlo mientras siguen caminando – Estás helado, querido. – vuelve a voltear – Te tengo buenas noticias. Necesito que levantes la vista. – con mucho esfuerzo, Jacob levanta la vista y ve una cabaña en medio de un campo. La cabaña se ve que está muy bien iluminada por dentro, pues las luces salen por sus ventanas. – Estamos llegando a la cabaña de mi amigo. Y justo a tiempo, ya la oscuridad está llegando. – Jacob no emite ningún comentario o alguna respuesta, pero por dentro se siente muy aliviado.

Mientras siguen caminando, la visión de los aventureros cada vez es más corta. Es como si una neblina muy densa estuviera rodeándolos, pero en vez de ser niebla la que los rodea, es oscuridad. La lámpara en las manos de Próvat y las luces de la cabaña que está a un kilómetro y medio de distancia son las únicas cosas visibles entre tanta oscuridad.

Próvat sabe que esto no es buena señal, la oscuridad está muy cerca, la noche es muy peligrosa en Kípos, está caminando en el borde de un abismo lleno de peligros mortales, más teniendo en cuenta con quién está acompañado; pero no quiere asustar a Jacob. No más de lo que ya lo está.

-Falta poco, Jacob. Debemos dar unos pasos más y ya habremos atravesado los campos de mi amigo Gídem.

Mientras Próvat sigue caminando, Jacob se tropieza y cae sobre la nieve. Próvat escucha la caída, entonces voltea rápidamente y ve a Jacob tirado sobre la nieve intentando levantarse.

-Vamos Jacob, tú puedes. Falta poco.

- Tengo... - Jacob tartamudea a causa del frío que siente – tengo... mu... mucho frío. No siento... no siento las piernas. – Próvat comienza a ver a su alrededor y nota que la oscuridad es demasiado densa, apenas logra verse con poca claridad dos metros a su alrededor; las únicas luces son de la pequeña lámpara de Próvat y las luces de la cabaña a un par de metros.

- Tranquilo, Jacob. Ya casi llegamos. – Próvat lleva su mano a la cintura – necesito que te levantes. La oscuridad ya viene, falta poco para llegar a la cabaña... - una risa interrumpe a Próvat – Jacob... levántate. – Jacob hace un gran esfuerzo para ponerse de pie y comenzar a caminar con las pocas fuerzas que le quedan.

Próvat camina al lado de Jacob intentando ayudar para acelerar el paso, pero son embestidos por algo. Jacob mira a Próvat, y ve que una figura humana está peleando con éste. Jacob no logra distinguir que fue lo que embistió a Próvat, solo ve sombras.

Las sombras golpean brutalmente a Próvat, pero éste saca un gran cuchillo de su cintura y los apuñala. Al sacárselo de encima, ve cómo un hombre lobo se lanza sobre Próvat e intenta dañarlo con sus garras. Pero al instante, alguien se lanza sobre este hombre lobo y logra degollarlo cortando su garganta. Éste que salvó a Próvat se parecía mucho a él, nada más que tiene dos cuernos como si fueran de una cabra.

- ¡Próvat!

- ¡Gídem! El creador no me olvidó...

- Vamos, no es seguro aquí. – entre Gídem y Próvat levantan a Jacob y se lo llevan rápidamente a la cabaña, mientras que Jacob apunto de desmayarse escucha gritos, risas y pasos a su alrededor.

Al entrar a la cabaña, dejan a Jacob en el suelo, mientras que Gídem cierra y bloquea la puerta, mientras que Próvat corre a ver las ventanas.

Jacob intenta reponerse y levantarse. Se voltea lentamente, mientras se pone de rodillas intentando sentir sus piernas. El frío brutal provocó que Jacob deje de sentir sus piernas, quizá de tanto temblar sus músculos dejaron de responder. Intenta ponerse de pie, aunque no tiene fuerza en los brazos, sus piernas están respondiendo lentamente.