Jacob salió muy enojado de su trabajo. Su jefe es un tacaño, una rata apestosa, no tiene nada de empatía.
-Este maldito debería estar en mis zapatos al menos por un día, para que entienda por todo lo que paso. Ojalá mi trabajo solo se base en tomar decisiones en una oficina, contar dinero, decidir si dejar sin trabajo a uno o a otro. Todo es más fácil allí arriba.
Que su jefe le haya negado el aumento de sueldo, lo puso de muy mal humor a Jacob. Tiene demasiado en su cabeza como para intentar tranquilizarse.
Suena el teléfono, Jacob atiende:
-Diga...
- Hola, cariño. – es Bell.
- ¿Qué pasa?
- Hey, quería saber cómo estabas. ¿Qué te pasa a ti?
- ¿A mí? De todo, la verdad que a mí me pasa todo. ¿A ti que te ocurre? Después de decir todo lo que dijiste anoche, te atreves a llamarme "cariño". Por favor...
- Sé que lo de anoche estuvo mal, no debí tratarte así.
- ¿Así cómo? ¿Compararme con mi padre? Si tanto quieres que te deje con el bebé, solo dímelo y me iré, tal como me hicieron a mí.
- No, Jacob, no pienses estupideces. ¿Qué será de mí si te vas y me dejas sola con el bebé? Sabes que no tengo trabajo, y estando embarazada no podré hacer nada. Es tu deber cumplir el rol de padre...
- ¿Y quién me asegura que vas a cumplir tu rol de madre? Bell... por favor, no quieras enseñarme a ser una buena persona. Hubieras pensado dos veces antes de dejar tus estudios y tu trabajo por un poco de droga y unas aventuras con tus amigos hippies.
- ¿Cuál es tu problema? Maldito...
- Tengo miles de problemas, ¿Crees que necesito más?
- Ahora el bebé será un problema... claro, entiendo.
- No, el bebé no será un problema. Quiero ser su padre, pero ser un padre con una madre ausente... no lo sé, será difícil. Además, si ya tienes esa imagen mía de "padre ausente", no pienso esforzarme.
- Lo siento, pero si tu problema soy yo, deberás soportarlo. Hubieras pensado dos veces antes de acostarte con esta chica que se droga y tuvo sus amigos hippies.
- Sí, tienes razón. No sé en qué estaba pensando.
- Te odio, Jacob.
- Ya lo sé, no eres la única. – Jacob cuelga la llamada.
Bell quedó embarazada en un mal momento para la pareja. Entre varias peleas, hay que sumar que a Jacob se le negó su aumento (además de que su sueldo es una miseria a pesar de estar trabajando en una oficina para un gran empresario), el alquiler de su departamento sigue aumentando y su sueldo cada vez se está quedando muy pequeño en comparación a sus gastos. Por otra parte, Bell sigue luchando con sus episodios depresivos. A pesar de que ya lleva casi dos meses sin consumir drogas, la abstinencia la está torturando, las peleas con Jacob le hacen muy mal emocionalmente, y el estar embarazada mientras que ella no tiene trabajo y está distanciada de sus padres, hace que todo sea muy difícil para ambos. No es un buen momento para ambos, pero hay algo que los mantiene juntos, aparte de que está el bebé en camino: Jacob y Bell se aman. No quieren dejarse ir tan fácil. Aunque la situación está siendo dura para ambos.
No hay luz en el departamento. Ya es el tercer día en la semana que Jacob llega del trabajo y el departamento está sin luz. Entonces decide bajar a planta baja para reclamar.
-Ya es el tercer día que no tengo corriente, ¿Cuál es el problema?
- Ya te dije que debe venir el electricista a ver el problema – responde el dueño de las habitaciones.
- ¿Cuándo vendrá el electricista? No puede ser que yo sea la única persona en todo el piso que no tiene corriente.
- ¿No tendrá que ver con que ellos están al día con el pago?
- ¿Cuál es tu problema? Te pagué la mitad, dije que en estos días te daría la otra mitad.
- ¿Dónde está mi dinero?
- Mañana lo traeré. Solo necesito corriente.
- Cuando tenga mi dinero, tendrás electricidad.
- Maldito, te dije que te daría el dinero. Te estoy pagando, dame electricidad.
- Ten cuidado como me hablas, vas a acabar en la calle. Maldita escoria, quiero mi dinero mañana, o vas a vaciar ese departamento.
- Vete a la mierda.
- Mañana quiero el dinero. – Jacob se da media vuelta. – Espera. Antes que lo olvide. – Jacob se vuelve. – Te llegó esta carta hoy.
- ¿Quién la envió?
- No tengo idea, solo dice que es para Jacob Smith.
- ¿No viste quién la trajo?
- No, ni me importa. Solo estaba aquí arriba cuando la vi. Si hay dinero en ese sobre, debes pagarme.
- Púdrete.
Una vez en la cama, Jacob decide enviarle un mensaje a Bell. Siente que fue muy duro con ella. Pero antes de escribirle, ve que ella ya le había enviado mensajes.
-Lo siento, cariño. Sé que ayer no debí decirte todas esas cosas, y hoy tampoco actué bien. – dice el mensaje de Bell.
- Yo soy el que debería disculparme. Seguramente te hice sentir muy mal con todo lo que te dije. No la estoy pasando bien.
- Lo sé, yo tampoco la estoy pasando bien. Por eso debemos estar unidos.
- Tienes razón...
- ¿Sigues sin electricidad?
- Sí... y creo que me dejan así a propósito porque no llegué a pagar el alquiler.
- Si quieres, ven a bañarte y duerme aquí en mi departamento. Mañana te despierto con un desayuno especial por tu cumpleaños.
- Gracias, pero no quiero ningún desayuno.
- Sé que no te gusta la idea de tu cumpleaños, pero este año hay que ponerle buena cara.
- Voy a pensarlo.
- ¿Al menos vas a venir?
- Sí, déjame organizar unas cosas y voy.
- Está bien, te espero.
Jacob deja el teléfono. Busca ropa, el poco dinero que le queda, lo carga en su mochila y se prepara para salir. Pero justo antes de cruzar la puerta, recuerda la carta. La guarda en su mochila y se va.
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El Elegido
FantasyJacob es un adulto joven que vive en un alquiler, trabaja en una oficina y mantiene un ritmo de vida muy común de ciudadano promedio. Cuando inesperadamente, su ordinaria vida cambia completamente al entrar a un mundo desconocido. Allí descubrirá qu...